La Casa Condesa fue pensada de manera que rompiera un poco con lo que se ha desarrollado en Querétaro en los últimos años. 

   Los arquitectos Rodrigo Fernández, Salvador Horacio Peña y Andrés Aguilar estuvieron al frente de su diseño y construcción, en el que emplearon materiales poco vistos en aquella ciudad. 

“La gente estaba acostumbrada a ver casas muy tradicionales de la zona. Tabique aparente, mucha piedra, utilización de cúpulas y conceptos muy de haciendas que, aunque son bonitos y representan parte del folclor de México, actualmente rompen un poco con el sentido de crecimiento y modernidad que cada día trasciende”, señaló Fernández.

La volumetría del inmueble se logró mediante formas regulares, cuadrados, rectángulos, volúmenes que van intercalándose como si se tratara de un tetris.

El estilo arquitectónico que tiene, según indicó Fernández, va de lo industrial, por medio del uso de vigas, mucha herrería y concretos aparentes, hasta lo minimalista, que se aprecia a través de la amplitud, la limpieza, el orden y la sencillez.

“El minimalismo no está peleado con otras expresiones, al contrario, al ser un estilo muy simple puede ir perfectamente ligado a conceptos un poco más cargados en vista y forma”, explicó el creativo.

Acabados ad hoc

 

Querétaro es un Estado muy caluroso la mayor parte del tiempo, por lo que se optó por una orientación que permitiera tener una casa fresca en días calurosos y no tan fría en épocas de invierno. 

Este aspecto se consiguió con espacios abiertos, la menor cantidad de muros interiores y materiales con colores sobrios y tenues.

Incluso alturas considerables, la adaptación de domos y mucha ventanería hacen posible que el inmueble tenga una mejor ventilación y el aire fluya.

La vivienda está realizada enteramente en tabique rojo recocido, pues se trata de un material que es ligero pero soporta la carga y presión. Al aplicarse en grupo se logra la edificación de una estructura firme. 

Las losas fueron realizadas bajo el sistema de vigueta pretensada y bovedilla debido a su bajo peso.

Estos elementos permiten que su montaje sea manual y se elimine con ello el costo de equipos pesados.

El diseño de interiores es muy sobrio, la paleta básica son colores monocromáticos con algunos matices vivos, como el rosa fucsia y el azul turquesa.

“Los muebles no roban cámara. La idea era que en estos interiores el espacio fuera el que llevara mano por sobre el mobiliario, así que el resultado es un concepto nada cargado y que proyecta amplitud. Es mejor dejar sólo algunos detalles visuales fuertes y no querer buscar que cada espacio sea un foco de atención”, detalló Fernández.

A lo largo de los ambientes se aprecian colores nada cargados. Hay una mezcla de grises en pisos, blancos en muros y piezas en tapicerías beige y gris basalto.

El jardín está compuesto en su totalidad de pasto sintético de tipo paisajismo, es decir, se trata de un césped especial que, a simple vista parece natural, pero no lo es.

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