Las campañas negras, las acusaciones de desvíos de fondos y la difusión de audios y videos para atacar al contrincante no deben pesar en el elector a la hora de sufragar, estimó el consejero electoral Arturo Sánchez.
“El ciudadano no se deja engañar. Él sabe cómo le ha ido con los diferentes gobiernos, en su experiencia con las autoridades y él sabe qué quiere. No creo que simple y sencillamente, por un video o por un audio, el ciudadano de todo el País se deje engañar y cambie su voto”, ponderó.
“Si no hubiera debate, si no hubiera crítica, si no hubiera ataques entre partidos; si no hubiera rivalidad, si no hubiera campañas incluso agresivas, dentro de la ley, no habría democracia. Estos fenómenos son propios de la democracia. Cuando se viola la norma, entonces hay un procedimiento con el que se presentan quejas, se muestran las pruebas correspondientes y la autoridad puede actuar”, argumentó.
El consejero sostuvo que cuando existan acusaciones de que hay dinero público involucrado en las campañas, se debe proceder para que la autoridad pueda actuar.
“Es tiempo de los ciudadanos y de confiar en el ciudadano: el ciudadano debe saber también por quién votar”, dijo.
En la óptica del consejero Benito Nacif, en coyunturas electorales, los partidos políticos y los candidatos intercambian acusaciones que repercuten sobre las autoridades electorales”.
“A cuatro días de la jornada electoral del 5 de junio, lo importante ahora es que llega la hora de la ciudadanía. Y todo lo que hemos trabajado es para que el ciudadano pueda expresar su voluntad en las urnas el próximo domingo. Y eso es lo que es importante resaltar ahora: que esas condiciones están ahí.
“El papel de los árbitros es el de aplicar, en el caso del futbol, el reglamento y en el caso de las autoridades electorales, las leyes”, sostuvo.
El martes, un día antes de que concluyeran las campañas proselitistas, arreciaron las acusaciones de desvíos de fondos públicos y de vínculos con grupos criminales en Zacatecas, reparto de dádivas por el voto en Tamaulipas y agresiones a balazos y con bombas molotov en oficinas partidistas de Veracruz.