Después de su sonrisa, lo que destaca en Fátima Fernández son su brazos. Marcados y listos para, en cualquier momento, comenzar la acción deportiva.
Ella, junto con un grupo de 20 triatletas mexicanos, se ganó el derecho de participar en una de las competencias más completas de triatlón y la más importante: el “Challenge Roth”, en Alemania. del 14 al 18 de julio.
“Fue algo muy inesperado porque siempre me he dedicado al deporte, pero el empezar en el triatlón y llevarlo a las distancias de un Iron Man, cambian muchas cosas, esperamos que la prueba sea muy buena”, aseguró Fátima, quien al terminar la frase, remarca la última palabra con su voz firme y decidida.
Su historia deportiva no comenzó en la carreras, natación o ciclismo, como usualmente sucede con los triatletas. Ella desde su infancia tuvo preferencia por la equitación.
“Estuve mi vida entregada a ese deporte, incluso cuando estuve en Europa especializándome, mi pasión fueron los caballos, no fue hasta estar de regreso en México, que al empezar con gimnasio, comenzó el cambio”, platicó Fátima.
Comenzar el gimnasio, continuar especializándose en aparatos y remo, le cambiaron la perspectiva del deporte.
Tras 44 años de vida, la gente especializada en la disciplina le dice que comenzó tarde, a los 35. Ella no lo cree así.
“Comencé con otros deportes para aprender de otras disciplinas, remo, pesas, correr, hacer maratón, natación, de todo, pero cuando decidí hacer triatlón fue porque estaba lesionada, desempolvé la bicicleta y al querer seguir con otros deportes, decidí meterme de lleno”, dijo.
Con 35 años y un historial en el deporte fitness bastante amplio, se topó en 2005 con su primera competencia grande, el Campeonato Mundial de Remo en Bostón, en el que logró medalla de plata.
“Después de remo seguí en el triatlón con competencias nacionales y clasificatorios pero fue hasta 2014 que tomé el primer reto en Monterrey”.
El Iron Man de Monterrey es de los mejores a nivel nacional, un primer lugar en su categoría le abrió las puertas al Mundial de Canadá, aunque en esa competencia solo figuró como una participante más.
Para Fátima, amante de las distancias largas, esa cumbre no fue el final. Sentida por la pérdida de sus padres, continuó en la lucha de figurar como una leonesa entregada.
El regresar en 2015 al Iron Man de Monterrey era una refrendo de su confianza.
Con el pase directo al Mundial de Roth, tras otro primer lugar de su categoría en Monterrey, aseguró su participación en el Campeonato Mundial de Australia para este año.
“Australia está descartado porque en su lugar iré al Campeonato Mundial de Cozumel, donde está la elite en distancias medias”, explica la deportista leonesa.
Roth es la prueba máxima para Fátima, busca la experiencia y figurar como una de las mejores mexicanas ante los poco más de 5 mil competidores que reúne la competencia, en un evento que pondrá a prueba todo lo que ha aprendido.

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