Hoy, los laguenses revivirán una de las tradiciones más importantes que guarda la ciudad: la Bajada de Nuestro Padre Jesús del Calvario.

Este peregrinar de fervor y fe, es el anuncio de que las fiestas de la ciudad, tanto paganas como religiosas, están cerca. 

Según datos que se encuentran en el Archivo Histórico Municipal, hay un escrito en donde se pedía la autorización eclesial de celebrar un novenario al Señor Jesús del Calvario en el Día de la Transfiguración, es decir, el día 6 de agosto, fecha en que la Iglesia Católica la festeja.

En dicho escrito se menciona: “Hemos acordado, por decreto de hoy acceder a la solicitud que nos hace el Sr. Cura Escobedo o al citado padre Villagrán… También concedemos nuestra licencia para que proceda a exponerse al Dignísimo Señor Sacramentado a la veneración pública en el mencionado templo durante las mismas y ejercicios respectivos en el novenario de la próxima fiesta de la Transfiguración y el día de ésta todo el día”.

Posteriormente, corría el año de 1885 en cuando el padre don Teófilo Villagrana comenzó con la construcción del actual templo del Calvario, teniendo para ello que trasladar la imagen del Señor del Calvario al templo parroquial, durante el tiempo que duró la construcción para venerarlo ahí.

Cuentan que solamente se subía la imagen al Calvario para celebrarle su novenario, el cual era del 28 de julio al 6 de agosto.

De ahí, precisamente arranca la costumbre de “bajar” a la venerada imagen año tras año, pues así lo impuso el padre Villagrán.

Posterior a la “Bajada”, se realiza la “Subida”, para iniciar entonces con las populares y tradicionales calles compuestas, llenando así a la ciudad de magia, color y fe.

Anteriormente, las calles que se adornaban en el novenario eran de oriente a poniente, empezando con la López Cotilla y terminando en la Constituyentes el día 6 de agosto, sin embargo, ahora se celebra la fiesta en un docenario.

En un inicio, estas fiestas llevaron el nombre de los “farolitos”, pues eran alumbradas por medio de faroles, los cuales eran colocados en guirnaldas de un lado a otro de la calle.

El templo del Calvario es, junto con su patrón, el protagonista de estas fiestas, y vale la pena recordar el emblema arquitectónico que guarda y es la casa del Señor del Calvario.

Inició como una pequeña ermita y hoy es uno de los templos más visitados de Lagos de Moreno, ofreciendo a los turistas una gran belleza arquitectónica.

Su frontispicio es una réplica de la Basílica de San Pedro, en Roma. Sin embargo, la Parroquia de Nuestro Señor del Calvario, está edificada en cantera rosa.

Gracias a su construcción, y a las intervenciones del padre Villagrán, Lagos de Moreno tiene esta tradición, pues durante su construcción, la imagen del Señor del Calvario era llevada a la Parroquia, no sin antes hacerle un peregrinar por la calle principal con los miles de fieles que demuestran su fe.

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