A media hora de Lima, el puerto del Callao aguarda a los exploradores que deseen mirar de cerca las islas más famosas del litoral peruano: San Lorenzo, Frontón, Cavinzas y Palomino.
Bajo la guía de tres chalacos, como se les llama a los nacidos en El Callao, este yate navega hacia el horizonte.
Hay que dar un vistazo rápido para admirar la belleza de lo que se queda en tierra: la Fortaleza del Real Felipe y las edificaciones de La Punta. Luego, a estribor, está una verdadera celebridad del mar: el Humboldt, un inmenso buque de investigación oceanográfica polar antártica, construido en este mismo puerto en 1978. Su rostro carmesí e importancia científica exigen un par de fotografías.
Tras 25 agitados minutos ya se observan en la proa la isla San Lorenzo (a la derecha), la isla Frontón (a la izquierda) y el islote Redondo (al centro).
Conforme la embarcación se acerca a la costa, Alfredo Zavaleta, guía de Ecocruceros, aprovecha para explicar el valor incalculable que tienen estas islas para Perú.
Naturalmente, sirven como barrera al país, pues lo protegen de maremotos que provengan del sur.
“Aunque no de aquellos que vengan del norte. El 28 de octubre de 1746 llegó un tsunami que arrasó con El Callao, solo lograron sobrevivir 200 de cerca de 6 mil habitantes. El mar se llevó todo y a todos”, narra el guía.
Económicamente, en torno a estas islas nació en el siglo 19 una industria millonaria pero efímera. Por la cantidad de guano (excremento) acumulado en cada una de ellas, empresas de origen europeo y asiático llegaron hasta aquí para recolectarlo; era un fertilizantes altamente efectivo.
Perú se convirtió en el principal exportador de guano en el mundo hasta que, con tanta explotación, las aves huyeron.
De ahí que, muchos años después, se decidiera proteger a estas islas y a otras con las mismas condiciones al crear la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras. Y ahora son, primordialmente, refugio natural de especies de fauna marina costera del mar frío de la corriente de Humboldt.
Históricamente, en especial San Lorenzo cuenta varios capítulos de Perú, pues se encontró un cementerio con más de 3 mil tumbas, las más antiguas datan de tiempos prehispánicos, las más recientes de la Guerra del Pacífico (1879-1881).
La mitología de las culturas antiguas relacionaban a las islas con la vida de ultratumba, así que usaron la mayor como cementerio. Durante la Colonia, los piratas y corsarios que morían intentando saquear las riquezas Lima y en el siglo 19, los soldados caídos durante la invasión chilena, aquí encontraron su última morada.
Actualmente, la isla San Lorenzo está prácticamente deshabitada, solo la Marina de Guerra mantiene una base naval y resguarda Playa Casino, la playa privada del Presidente de la República en turno.
Y en la isla Frontón solo quedan los restos de lo que era una prisión de máxima seguridad de 1917 a 1986, cuando el Ejército la bombardeó ante una revuelta. Según la década, sirvió para tener cautivos a presos comunes, luego a presos políticos y finalmente, a terroristas.
Sin embargo, basta con rodear estas islas para conocer a los verdaderos propietarios de la zona: cormoranes, zarcillos, piqueros, pelicanos, gaviotas, chuitas… y un sinfín de aves marinas que, a ojos inexpertos, pasan desapercibidas.
Y es en las islas Cavinzas donde los exploradores encuentran lo inesperado: ¡pingüinos de Humboldt!
Admirarlos de cerca y en su hábitat natural llena de regocijo a los visitantes, aún más a los propios peruanos. El guía cuenta que hace apenas 10 años regresaron a las islas y, aunque ya no hay tantos como antes, se sabe que hay alrededor de 800.
“Se les extrañó mucho, pero, afortunadamente, regresaron. Eso quiere decir que sí hemos cuidado bien la reserva”, expresa Alfredo.
Con la docena que logran distinguir, todos quedan más que satisfechos.
Más adelante, están las islas Palomino, donde los lobos marinos se encargarán de acaparar la atención de los turistas, nadando y saltando a su alrededor, creando un momento inolvidable.
Ya con el sol casi en lo alto, se emprende el regreso casi en silencio, por el cansancio y para asimilar tanta información.
Este es el momento “callao”, dice divertido el capitán de la embarcación.
Al detalle
Cuidar la reserva
Al tratarse de ecosistemas tan delicados, se puede ayudar a preservar la vida en las islas con las siguientes medidas:
No arrojar basura al mar.
Mantener una distancia de observación de 30 metros para no perturbar a la fauna.
Al tomar fotografías, evitar invadir territorio de la fauna silvestre.
Respetar las indicaciones de los guardaparques.
No llevar animales domésticos.
Al nadar con los lobos marinos, no intentar tocarlos o sujetarlos.
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGAR
Desde principios de mayo, Interjet vuela sin escalas entre la Ciudad de México y Lima.
DÓNDE DORMIR
Por su cercanía a los principales parques y ubicación dentro de uno de los mejores barrios de la ciudad, el hotel Casa Andina Private Collection Miraflores resulta una conveniente opción para explorar Lima a pie. Habitaciones desde 2 mil 500 pesos por noche con base en ocupación doble.
QUÉ COMER
Se debe probar lo que le ha dado su buena fama a Perú: ceviche de pescado, anticuchos (brochetas de corazón de res al carbón) y causa (plato hecho con papa amarilla, limón, ají, lechuga, huevo cocido, aguacate y aceitunas negras).
QUÉ BEBER
Las bebidas tradicionales son chicha morada (hecha a base de maíz), inca kola (refresco de hierba luisa), pisco sour (aguardiente con limón, huevo y canela) y cerveza cusqueña (la marca más pedida).
CON QUIÉN CONTRATAR
La empresa Ecocruceros ofrece recorridos guiados de cuatro horas a bordo de un yate por 49 dólares por adulto y 39 dólares por niño.
MONEDA
Un sol peruano equivale a 5.5 pesos, aproximadamente.
MÁS INFORMACIÓN
www.interjet.com
www.casa-andina.com
www.islaspalomino.com
www.peru.travelt