El secreto no está en batir la nieve, está en el sabor que le den. En la Nevería de Don Marcos e Hijos desde hace más de 100 años comenzaron con su pasión: hacer nieves para la gente de León. Para este calor, en San Juan de Dios, las nieves de bote son una tradición.
“Quién no ha probado una nieve de la calle Rosas Moreno, entonces no es de León”, así es como varios comensales indican que los ‘meros, meros’ para preparar las nieves de bote se encuentran en esa zona.
Más de 20 locales ofrecen diferentes sabores, pero los ‘primeritos’ en llegar al lugar fueron las ‘Nieves Don Marcos e Hijos’, José Jacobo Hermosillo desde que tenía 8 años de edad aprendió a preparar los helados, su padre, Don Marcos, fue quien lo enseñó a él y sus otros 6 hermanos.
“Ya tenemos más de 100 años con esta tradición, toda la familia está en esto. El que inició fue mi abuelo Bárbaro Hermosillo, cuando muere él, mi papá empezó con la nieve y nos enseñó desde los 8 años a hacerla. Desde las 8 de la mañana la empezamos a hacer”.
Cien litros de leche bronca, agua, muchas frutas, azúcar, hielo, tinas, botes, palas, saborizantes, colorantes y sal, es lo que se ocupa para crear cada una de ellas.
Primero prepara el sabor, que al inicio es completamente líquido, pero después de 40 minutos sacudiendo el bote de lado a lado dentro de las tinas con hielo y sal resulta la nieve que poco a poco se va pegando y haciendo dura para comerse sabroso.
Desde las 8 de la mañana, diariamente detrás de la tienda, 4 personas se sientan en banquitos a la altura de las tinas para comenzar a preparar, alistan los brazos y ahora sí, a batir los 10 sabores que ofrecen normalmente.
Aunque en la temporada de calor, los predilectos son las nieves de agua, los de leche no se quedan a un lado. Los de vainilla y limón son los más buscados.
“Mi papá es el pionero aquí y yo me siento muy bien, tantos reconocimientos que hemos recibido, él comenzó desde que era chico. La mayoría de las nieves son con el color natural”, contó José, de 61 años.
