La violencia que se vive en Celaya y en general en todo el Estado se ha vuelto algo tan cotidiano que es ahí en donde inicia el problema, cuando se convierte en algo “natural” para los ciudadanos.

Analistas de la violencia afirmaron que los gobiernos y la sociedad no deben esperar a que los ciudadanos se acostumbren a cualquier tipo de violencia. Hoy para los celayenses cualquier acto delictivo es “normal”. 

En la semana que recién concluyó, en un sólo día, hubo una marcha contra la inseguridad que se vive en Celaya, esto derivado del asesinato de una joven que primero fue secuestrada y posteriormente apareció muerta. Y a unos metros de la manifestación un taxista fue asesinado cuando intentaba evitar que fuera secuestrada una mujer que acababa de abordar la unidad. Y en la misma zona un joven fue “levantado”.

Ángeles Enríquez, representante del Centro de Derechos Humanos Victoria Diez, dijo que en cualquier tipo de violencia se inicia por una acción pequeña que va aumentando hasta que la sociedad lo ve algo “normal”.

En el caso de las mujeres, la violencia ha crecido hasta llegar a los feminicidios porque se volvió natural que un hombre empiece con un piropo y llegue su conducta hasta acoso o violación sexual.

“Hay que estar atentos a la detección oportuna de las crisis generadas por el desempleo, la economía, la falta de tolerancia. Los gobernantes dicen que empieza en casa, pero también habría que revisar las políticas públicas, hacer una revisión del modelo educativo, el que se construye en casa, se otorga en la escuela, se presenta en la sociedad, el que pregonan las autoridades de cualquier ámbito y nivel”, dijo Enríquez.

El especialista en Desarrollo Humano, Carlos Mireles, recordó que se debe apostar a las acciones preventivas pero que en verdad sean parte del crecimiento integral de los niños, jóvenes y personas.

Señaló que no basta hablar de reconstrucción de tejido social, sino que las autoridades de verdad deben sentarse analizar qué está pasando en Celaya, dónde está sucediendo y quienes están delinquiendo, así como generar estrategias de cambio.

“Es fácil decir que hay personas que vienen de otros estados a delinquir a Celaya y los jóvenes que roban, los niños y adolescentes, hombres, mujeres que viven en zonas marginadas, de ellos no podemos decir que vienen de otros estados.

“Por ejemplo, desde hace años se habla de la problemática que se vive en la colonia Patria Nueva o Pedro Ma. Anaya, así como decenas que hay en Celaya, la pregunta es que se ha hecho en estas zonas. El tipo de relaciones que establecemos es clave para evitar escenarios violentos. Sin que pareciera el caso, lo comento, Ken Blanchard, especialista en temas de liderazgo, dice que nos vamos convirtiendo en el promedio de las cinco personas con quienes más cerca nos relacionamos, si así es la premisa en esas colonias que están cerca de las vías del tren y donde la mayoría delinque, ahí que se esperaba que sucediera”, cuestionó.

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