El sueño de Carlos Kasuga cuando niño era ser médico y ayudar a la gente. Hoy, de manera indirecta, lo hace con Yakult, empresa de la que es el fundador.
Líder en el sector empresarial de ‘fabricación’ japonesa, pero orgullosamente mexicano, ha buscado dejar huella en todo lugar donde pueda trabajar.
La casa matriz de Yakult se estableció en Tokio. En 1981 llegó a México y a la fecha vende más de 4 millones de botellas diarias, pero es apenas una de las muchas empresas en las que Kasuga ha tenido participación.
Además, es presidente del Consejo Directivo de Distribuidora Kay, empresa dedicada a la fabricación de juguetes inflables; preside el Directivo de Yakult y fundó también el Liceo Mexicano Japonés, escuela con filosofía oriental.
El empresario mexicano-japonés, de 78 años, se dedica a compartir su experiencia empresarial a jóvenes, grandes empresarios y emprendedores, por medio de sus conferencias.
Kasuga se autodefine como “una persona que ama mucho a México”, y habla de su infancia, adolescencia y juventud con el orgullo de saber que, a pesar de que sus padres no hablaban español al llegar a México, lograron fundar una empresa.
El emprendedor comenzó a trabajar a los 20 años y hoy es el segundo empresario más admirado de México, según una encuesta realizada a estudiantes mexicanos; y su secreto para tener éxito, no solo en el ámbito laboral sino también en el personal, tiene cuatro vertientes.
Éstas son: el bien ser, que consiste en ser puntual, honesto, trabajador, limpio y responsable. El bien hacer, que impulsa a hacer de inicio las cosas bien. El Bien estar, que es dar a la familia, al trabajo y a la sociedad más de lo que se recibe. Y, por último, el bien tener, que, a decir de Kasuga, llega cuando las tres vertientes anteriores se cumplen.
“Todos deberíamos desarrollar cuatro cualidades y aprender; no busquen tener rápido y fácil sin hacerlo bien”, aconseja.
Kasuga trabajó por ocho años haciendo de todo: cobranza, ventas, producción y distribución; hasta que la empresa generó las utilidades para desempeñarse en un solo puesto: la dirección.
Educación Mexico-Japón
La educación para Kasuga es fundamental, pues a pesar de que en nuestro país contamos con todos los recursos, algunos no se aprovechan como deberían, considera.
“En México la educación es solo de conocimiento, y debería ser formativa, en el Japón las instituciones son formativas, hay valores de servicio y disciplina, no hay gente de servicio, los alumnos hacen el aseo, porque la calidad, la salud, la seguridad laboral, y la ecología empiezan siempre desde la limpieza, es la virtud más noble”.
Además, afirma que si los maestros cambiaran la mentalidad para alentar a los alumnos, la manera de pensar de éstos, llevaría a México a un mejor lugar.
“En la escuela nos educan para no hacer cosas; no brinques, no juegues, no te subas, no grites, no veas, no digas, no hagas; eso nos han metido a la cabeza desde niños; y no: hay que hacer, brincar y caerse, jugar y perder, decir y gritar; aprender, siempre”.
El empresario, que ha tenido la oportunidad de alternar su vida entre Japón y México, encuentra entre marcadas diferencias en el aprovechamiento de los recursos de ambos países.
Una de las desventajas de los empresarios mexicanos es que se desaniman muy pronto.
“México vende más de 2 millones de barriles diarios, Japón solo es el mayor productor de automóviles del mundo; México tiene grandes recursos naturales, de sus suelos salen metales que pueden aprovecharse; Japón no tiene nada de eso, pero tiene ganas de hacer las cosas”.
La principal ventaja de los mexicanos es que cuentan con un ingenio, que en ningún otro lugar había encontrado, asegura el empresario.
“En su gente, México es más rico que Japón. Necesitamos cambiar de actitud, el mexicano tiene todo para salir adelante. En los pueblos de México, los ricos son extranjeros, franceses, españoles, japoneses, alemanes, ¿por qué no hay más empresarios de México?”, demanda.
Ponerse la camiseta
Kasuga busca siempre estar cerca de sus empleados y conocer sus inquietudes; la mejor manera de lograrlo no es haciéndolo saber, sino demostrándolo. El ejemplo arrastra, asegura.
“Todos los jueves agarro a uno de mis trabajadores, a cualquiera, y le digo ‘Hoy voy a cenar a tu casa’. Pasamos a una tienda a comprar donas, panes y café; no importa lo que vayamos a comer, porque lo que quiero es convivir con mis empleados, saber qué les preocupa, conocer a su familia.”
Una de las reglas que en las empresas en las que el también contador público participó, era que no había distinciones entre empleados operativos y administrativos, se evitó hacer baños privados y todos iban al mismo lugar; cada contratación se piensa como una ‘adopción’
“Por marcadas diferencias los empleados no se ponen la camiseta, cuando tú le prendes la chispa a tu gente, aumentas calidad. En Yakult solo se corre a la gente cuando hace lo siguiente: llega tarde muchas veces, falta muchas veces, roba, o llega tomado”.
Tiempo de emprendedores
Los mexicanos tienen todo para emprender: recursos naturales, apoyo de autoridades y el mercado, pero falta disciplina y actitud.
“¿Nuestras horas las gastamos o invertimos? hoy tiene 24 horas, no tienen más que invertirlas o gastarlas, no las pueden ahorrar”.
Soñar y proyectar en grande, así como tener ganas de experimentar, son consejos que Carlos Kasuga afirma que es lo mejor que puede decir a los jóvenes.
“Por el apoyo que se está dando y por el término es más fácil, en mis tiempos, estaba solito y tenía que hacer cosas, la vida misma te va enseñando; den lo mejor de lo mejor, no escatimen nunca nada”.
Carlos Kasuga es el fundador de Yakult
Tiene 78 años.
Es hijo de inmigrantes japoneses.
Nacido en México.
Fundó el Liceo Mexicano Japonés, colegio con filosofía oriental.
Preside el Consejo Directivo de Distribuidora Kay, empresa dedicada a la fabricación de juguetes inflables.
Egresado de la Escuela Bancaria Comercial, de la carrera en Contaduría Pública.