Como un hombre de a caballo, amante de la charrería y de las tradiciones mexicanas, es como se define Don Rafael Velázquez Lozano, fundador de la Asociación de Charros Ignacio León Ornelas de Irapuato, quien heredó a sus hijos y nietos el cariño al deporte mexicano por excelencia.

En sus años de juventud fue un destacado exponente de la charrería en las suertes de jinete de toro y piales pero hoy a sus 76 años de edad apoya a sus hijos y nietos, quienes continúan con la tradición.

Sus hijos, Miguel, Gerardo, José y Carlos, además de sus nietos José Carlos, Juan Pedro, José Miguel y María José, actual reina de la Asociación Estatal de Charros, son amantes de este deporte muy mexicano.

Oriundo de Arandas, Jalisco, Don Rafael Velázquez vino desde muy joven a provincia, buscando iniciar una etapa nueva en su vida junto a sus padres, aficionado a la natación, al boxeo y la charrería.

En este deporte tuvo la oportunidad de conocer bien a los caballos, nobles equinos utilizados para la ejecución de las suertes charras, pues menciona que desde niño tuvo la fortuna de tener su propio caballom, un regalo de su padre.

Conocedor del tema explica que el caballo Cuarto de Milla se utiliza en la charrería porque es de mucho aguante, explicando que un caballo inglés no sirve porque es muy angosto, “esos son para carreras de una milla un cuarto y el cuarto de milla, (402 metros) mientras que la milla son (1,609 metros)”, explica de manera apasionada.

Velázquez Lozano dijo ser una persona muy interesada en la cultura mexicana, pues su afición a la charrería lo llevó a conocer la elaboración de una silla de montar, así como la utilidad de cada una tanto en labores del campo, carreras a caballo, espectáculos ecuestres y por supuesto, la de las suertes charras.

“Su elaboración tiene un costo aproximado de 10 mil pesos, aunque en tiendas la venden un poquito más alto o el talabartero las hace un poco más bajo, su elaboración lleva más o menos de 5 a 8 días, las de charrería y baile las hace un maestro que se llama José Martínez”, comentó.

“La silla charra es aquella silla de montar o montura utilizada como asiento por las personas que practican la charrería, se coloca encima del lomo del caballo para un mayor soporte y seguridad del charro, a pesar de que es muy pesada, comparada con otras sillas de montar, es muy cómoda para el caballo y jinete, sin causar daño en el lomo del animal, en sí, es funcional para realizar cualquiera de las Suertes Charras”, refirió.

Con su amplia experiencia, recuerda que la silla charra tiene su historia, fue creada para montar a caballo, para vacunar y manejar el ganado, atender las haciendas, empezando en el País en Estados como Hidalgo, Jalisco, Guanajuato, entre otros.

“Además la silla se utilizó para montar a los caballos ya domados, que a su vez era utilizados como medios de transporte por todos los caminos del País, en ese entonces las distancias se medían por ‘sitios’ y había en cada pueblo hosterías y mesones, que eran casas donde llegaba la gente a dormir”, recordó.

“También, por supuesto, la silla de montar es una cosa artística, hay bastantes tipos, por ejemplo para el salto, que es la silla que utilizan en el Ejército para competencias de Equitación, en tanto que la silla charra tiene un significado especial porque el charro mexicano estuvo en muchos eventos nacionales como la Revolución Mexicana, de Independencia, los chinacos usaban sillas charras, ellos eran de Michoacán”, concluyó.

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