¿Acaso los niños en un mundo dominado por los teclados necesitan aprender la anticuada escritura a mano?

Existe una tendencia hacia descartar la escritura a mano como una habilidad poco esencial, aunque investigadores advierten que aprender a escribir podría ser la clave para eso, justamente: aprender a escribir.

Hay un creciente número de estudios sobre qué aprende la mente que se está desarrollando de manera normal al formar letras sobre el papel, ya sea en letra de molde o en letra cursiva o manuscrita.

En un artículo de este año de la revista Journal of Learning Disabilities, investigadores vieron de qué manera se relacionaban el lenguaje oral y escrito con la atención y las llamadas habilidades “de función ejecutiva” en niños del cuarto al noveno grado de escolaridad, tengan o no discapacidades de aprendizaje.

Atención al lenguaje escrito

Virginia Berninger, autora principal de esta investigación, me dijo que lo que muestran este y otros estudios sugiere que “escribir a mano, es decir formar letras, involucra la mente, lo cual puede ayudar a que los niños presten atención al lenguaje escrito”.

El año pasado en un artículo de The Journal of Early Childhood Literacy, Laura Dinehart, profesora asociada de educación en la infancia temprana de la Universidad Internacional de Florida, discutió varias asociaciones posibles entre una buena caligrafía y el rendimiento académico: los niños con buena caligrafía pueden sacar mejores calificaciones porque su trabajo es más agradable de leer para los maestros; los niños que tienen dificultades para escribir se dan cuenta de que deben concentrarse demasiado para producir las letras, así que el contenido del curso se ve perjudicado.

Pero ¿de verdad podemos estimular la mente de los niños al ayudarlos a formar letras con sus propias manos? En una población de niños de bajos recursos, según la Dra. Dinehart, les iba mejor más adelante en su trayectoria escolar a los que antes de entrar al kínder tenían buenas habilidades motoras para escribir. Dijo que se debía hacer más investigación sobre la escritura a mano durante los años de preescolar y sobre cómo ayudar a que los niños pequeños desarrollen las habilidades que necesitan para una “tarea compleja” que requiere de la coordinación de procesos cognitivos, motores y neuromusculares.

“Este mito de que la escritura es solo una habilidad motora está absolutamente mal”, explicó la Dra. Berninger. “Usamos las partes motoras de nuestro cerebro: la planificación y el control motor, pero tiene mucha importancia, es una región de nuestro cerebro donde el lenguaje y lo visual se unen, el giro fusiforme, donde los estímulos visuales se convierten en letras y palabras escritas”. Tienes que ver letras “en tu mente” para producirlas en el papel, sostuvo. Estudios de imagen del cerebro muestran que la activación de esta región es diferente en niños que tienen problemas con la escritura a mano.

Para los niños pequeños que se desarrollan de manera normal, teclear no parece activar el cerebro de la misma manera.

Los estudios sobre la toma de apuntes han sugerido que “es menos probable que los estudiantes universitarios que escriben en un teclado se acuerden y les vaya bien con el contenido que a los que escriben a mano”, afirmó la Dra. Dinehart.

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