Después de más de 30 años de excavar los restos de una ciudad filistea, un equipo de arqueólogos dice que cree que encontró un cementerio que pertenece al antiguo pueblo en los alrededores de Ascalón, Israel.

El equipo ha desenterrado esqueletos y artefactos que sospecha habían descansado por más de 3,000 años en el cementerio, que potencialmente ofrecen pistas sobre el estilo de vida de los filisteos y, quizá, proporcionen algunas respuestas a los misterios de su procedencia. Es mucho lo que todavía no se sabe sobre sus orígenes.

“Cuando encontramos este cementerio, junto a una ciudad filistea, supimos que lo habíamos conseguido”, dijo Daniel Master, un arqueólogo del Colegio Wheaton en Illinois. “Tenemos el primer cementerio filisteo que se haya descubierto”.

Master es un codirector de la Expedición León Levy a Ascalón, la cual ha excavado el sitio desde 1985. Ascalón, a la que los arqueólogos piensan que entraron los filisteo en 1150 a.C., es una de las cinco capitales filisteas, que son: Asdod, Ecrón, Gath y Gaza.

Las ciudades y sus pueblos se mencionan en textos antiguos de los babilonios, egipcios y asirios. En la Biblia hebrea, eran el némesis de los israelíes y enviaron a Goliat a pelear con David. Muchas historias narran las grandes batallas que pelearon los filisteos y que perdieron hasta su total destrucción a manos del rey Nabucodonosor y su ejército babilónico en 604 a.C.

“Los vencedores escriben la historia”, dijo Master. “Encontramos a estos filisteos y, finalmente, podemos oír su historia, contada por ellos en lugar de por sus enemigos”.

Al utilizar la datación por radiocarbono y analizar la cerámica que se encontró en las tumbas, los investigadores fecharon el cementerio entre los siglos décimo y noveno a.C. El periodo, dijeron, sustenta a la teoría prevaleciente de que los filisteos llegaron al antiguo Israel después de cruzar el mar Egeo, alrededor del siglo 12 a.C.

Sin embargo, el equipo todavía tiene que realizar las pruebas de ADN, radiocarbono y genéticas con las muestras de huesos para probar que los restos pertenecen a inmigrantes occidentales. Los arqueólogos los llaman integrantes del pueblo del mar, al que se describe como atacantes en los textos egipcios antiguos.

Durante la excavación, el equipo descubrió a más de 200 hombres, mujeres y niños en el cementerio. Ausentes estuvieron los recién nacidos, lo que llevó a los investigadores a pensar que los filisteos pudieron haber enterrado a los bebés que murieron en el nacimiento en las casas o en otras partes.

Para Sherry C. Fox, una bioarqueóloga en la Universidad Estatal de Arizona y miembro del equipo, lo que diferencia a este cementerio de otros antiguos es la diversidad de prácticas funerarias que se encontraron.

“Hay tanta variedad en cómo los colocaban”, comentó, “entre si los cremaban o los enterraban; si están dentro de una tumba o una cámara, o una cista o un hoyo; si estaban boca abajo o boca arriba”.

El equipo planea explorar las variaciones para buscar patrones que pudieran revelar información sobre los individuos, como estatus social o a qué familia pertenecían.

Fox también dijo que, a diferencia de sus vecinos y predecesores, como los cananeos, los filisteos no practicaban los entierros secundarios, que es mover los esqueletos para hacer espacio para otro cuerpo en la tumba o en el sepulcro. Al parecer, no se movía a los cadáveres y se los dejaba descansar en paz.

Otro aspecto distintivo del cementerio filisteo, dicen los investigadores, es la cerámica colorida que se encontró en todos los sitios y cámaras. Muchos de los esqueletos se encontraron con jarritas de perfumes colocadas justo bajo el cuello o justo junto a las fosas nasales, como para darle al fallecido algo que oler en la eternidad, dijeron los investigadores. Es posible que también se hayan colocado las jarras en las tumbas para combatir el hedor de la descomposición.

En muchas de las cámaras, también se hallaron jarras grandes que los investigadores piensan que pudieron haber contenido vino o aceite de olivo, ya fuera para ofrendarlo o para utilizarlo en la preparación del cadáver para el entierro.

“Si bien se sabe mucho sobre la cultura material de los filisteos, incluida la dieta, las herramientas, el culto, las armas, la cerámica y las actividades económicas y comerciales, hasta ahora, sus prácticas funerarias habían sido un misterio”, escribió en un correo electrónico Seymour Gitin, el director emérito de Dorot y profesor de arqueología en el Instituto W.F. Albright de Investigación Arqueológica en Jerusalén.

“Su análisis, especialmente de los huesos en el cementerio de Ascalón, representa una potencial revolución que debería proporcionar respuestas críticas sobre el origen de los filisteos, una importante controversia durante décadas”, dijo Gitin, quien no participó en la excavación.

Lawrence Stager, el profesor emérito Dorot de arqueología de Israel en la Universidad de Harvard y codirector de la excavación, dijo que los hallazgos obligarían a los arqueólogos a volver a los sitios de entierros que anteriormente se habían etiquetado como filisteos.

“Publicaron éstos como entierros o sepulcros o tumbas filisteos, pero la mayoría de ellos son necedades o tonterías”, dijo. “Ahora tenemos toda una nueva forma de evaluar lo que los arqueólogos y historiadores han venido diciendo _ por lo general, equivocadamente _ que es un entierro filisteo”.

Stager estimó que podría haber miles de esqueletos en el cementerio y dijo que, por los hallazgos en Ascalón, su equipo podría limitar los orígenes del pueblo filisteo.

“Cuando comparemos las casas de los vivos con los filisteos muertos, ello nos dará un panorama que nunca se había visto antes”, dijo Stager. “La singularidad de Ascalón es que ahora tenemos ambos lugares donde podemos estudiar a los vivos y a los muertos”.

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