A principios de año o bien a la mitad, muchas personas deciden comenzar a hacer cambios, incluyendo cambios acerca del lugar donde trabajan.
Sin embargo, si usted está haciendo planes para un cambio de trabajo, asegúrese de que tiene listo un plan para mantener intactas las relaciones con su antiguo empleador, incluso después de que haya comenzado en otra empresa.
Si lo hace, al irse quizá incluso le esté haciendo un favor a su antiguo patrón. Investigadores de la University of Maryland y la Wharton School han descubierto que cuando un empleado se cambia de una firma a otra, ambas podrían beneficiarse.
Los investigadores, Rafael Corredoira y Lori Rosenkopf, construyeron una base de datos de 42,000 patentes solicitadas por 154 compañías de semiconductores. En cada solicitud de patente presentada, el solicitante también cita las patentes existentes a partir de las cuales se basa o desarrolla la nueva idea. Esto le permitió a los investigadores estudiar la relación entre compañías cuando el talento emigraba. Si los empleados se mueven de una firma a otra, los investigadores serían capaces de ver el efecto de las ideas de los empleados en la nueva firma, debido a que estos tenderían a citar patentes de su antigua firma en las nuevas solicitudes.
Los investigadores descubrieron que cuando los empleados se iban de una firma, tanto la antigua como la nueva empresa comenzaban a citar más las patentes de la otra. En efecto, los empleados emigrantes tienen un efecto polinizador en las ideas de ambas organizaciones.
Este efecto era incluso más significativo cuando las dos firmas estaban localizadas lejos una de la otra. La implicación es que, considerando la distancia, la vieja firma nunca habría encontrado las ideas de la nueva sin que un empleado se moviera entre ellas.
Del mismo modo, este efecto parece fortalecer la teoría de los “agujeros estructurales,” la cual explica que las brechas entre dos grupos en una red social evitan que la información necesaria sea compartida. Los individuos que pueden llenar estos agujeros estructurales ganan una ventaja al transferir información vital de un grupo al otro. El efecto es incluso más pronunciado cuando los dos grupos -en ese caso, compañías- están en campos diferentes y por lo tanto se encuentran más desconectados.
Estos descubrimientos implican que las compañías deberían apoyar a los empleados emigrantes y crear oportunidades para que los trabajadores antiguos y actuales interactúen y colaboren donde sea posible. Algunas compañías han comenzado a crear redes de exempleados sólo para facilitar dichas interacciones.
Mantener una red personal es la responsabilidad de cada empleado, incluyendo el ser deliberado acerca de formas de mantenerse en contacto con antiguos compañeros. Si usted ya cambió de trabajo, considere formas de reconectar con los antiguos colegas.
Si hay asociaciones de comercio o grupos comunitarios que usted solía frecuentar como parte de su empleo anterior, podría valer la pena mantener o reiniciar su membresía como una forma de reconstruir sus antiguos lazos. Si se ha quedado atrás, haga un esfuerzo para mantener vivos los viejos contactos. Cree un grupo no oficial a través de redes sociales como LinkedIn o Facebook, o tenga una reunión regular para tomar café con excompañeros de trabajo en el área.