La bandera de México posa orgullosa por la sangre que por ella derramaron los héroes de hace siglos, objeto inamovible que cobra vida… cuando un cliente decide comprarla.
Lo más probable es que el padre de un niño la compre y el infante la enarbole mientras corre gritando Viva México.
Cerca de las banderas, don Jaime Aguilar, con ojos cansados, piel morena con surcos bien marcados del trabajo bajo el sol en los campos de Atlacomulco, en la tierra del ejido que ya no da y de la que difícilmente puede sostener a su familia. Entonces emigra año con año para instalar en los días patrios el ambulantaje de banderas.
Don Jaime es un campesino nacido en el Rancho el Carmen Ocotepec, de Atlacomulco, lugar en donde se ha dicho que una vieja vidente vaticinó la llegada de Enrique Peña Nieto a la Presidencia. “Seis gobernadores saldrán de este pueblo, y de este grupo, uno llegará a la Presidencia de la República”, profetizó la anciana en los cuarenta, una década antes de que naciera Don Jaime.
“No estamos conformes con el Gobierno de Peña Nieto, no toma en cuenta nuestras necesidades. Sí se nos ayuda con mil pesos al mes a los propietarios de las tierras del ejido, pero lo que necesitamos es educación, técnicos que nos enseñen a trabajar mejor el campo para que la cosecha no sólo nos dé para alimentarnos, del maíz comemos, pero necesitamos apoyo para entrarle al mercado… yo no tendría que emigrar desde allá hasta Lagos para vender banderas en estos días”, explicó Don Jaime, no sin expresar lo bien que lo recibe la gente en Lagos.
En su charla, Don Jaime repitió la palabra delincuencia, un fenómeno que a decir por él, muy ligado a la educación y desempleo. “En nuestro rancho no tenemos escuelas, tenemos la primaria para nuestros hijos, pero si quieren seguir estudiando les quedan lejos la secundaria y pal repa, tienen que viajar al municipio y no tenemos dinero. Y usted sabe que para que uno sea alguien en la vida, tiene que estudiar. sin estudio es difícil conseguir un buen trabajo y sin trabajo es muy fácil empezar de delincuente”, aseveró el vendedor de símbolos patrios.
Según cuenta don Jaime Aguilar, en la comunidad ha visto con tristeza cómo jóvenes que por falta de empleo deciden sumarse a los indicadores de la delincuencia. “No lo puedo ver de otra forma, si no hay empleo ni escuela, siempre habrá delincuencia. Y bueno lo digo porque eso está pasando en mi comunidad”, finalizó don Jaime Aguilar.
Después, se reunió con su mujer para seguir atendiendo a sus clientes, a los padres de los niños, de los infantes que no tendrán oportunidad de conocer la historia del que le vendió una de sus primeras banderas.
Narra su historia atrás de bandera
La bandera de México posa orgullosa por la sangre que por ella derramaron los héroes de hace siglos, objeto inamovible que cobra vida… cuando un cliente decide comprarla.