Los pies descalzos de Nicolasa Ortiz los cubre el lodo, esa mezcla arcillosa con la que fabrica el ladrillo. Así como sus abuelos lo hicieron, con la ayuda de sus hijas y esposo, trabaja en equipo en los hornos de las ladrilleras en la Ladera Chica.
En esta zona, familias enteras elaboran el ladrillo con técnica tradicional, se les acusa de contaminar, incluso se ha hablado de una posible reubicación de los talleres, una medida compleja puesto que los hornos son parte de los patios de sus casas.
Nicolasa acepta tener asma y lo mismo ocurre con una de sus hijas quien siempre lleva a la escuela, entre los útiles, un nebulizador en caso de sufrir un ataque, aunque confiesa no necesitarlo. “En el Regional nos diagnosticaron asma, ya es de herencia pero la verdad que ni tos nos da, a mí me da más cuando voy al Centro”, dijo Nicolasa.
Sobre la contaminación en las ladrilleras están conscientes los fabricantes, pero no se entiende el cómo puede resolverse. “Hace unos años se nos dijo que nos querían reubicar, pero eso no se podrá, de aquí somos, los hornos están en nuestras casas y no no las llevaremos”, apuntó un vecino de Nicolasa quien además informó que desde hace años el tema está en discusión y nunca se ha tomado una resolución.
Nolasco es el apellido que más se repite entre los lugareños y José lo lleva, él es propietario de un horno y comenta que ya se ha usado un tipo de combustible reciclado que se encareció por lo que se dejó de usar. Piensa que contaminan más los urbanos en mal estado y le parece incoherente que el mismo gobierno nunca los ha incluido en su lista de proveedores para sus construcciones. “El tema de la contaminación seguirá”, recalcó.
De acuerdo a la percepción de José Nolasco de cada diez familias, 8 trabajan en la elaboración del ladrillo. En tanto Nicolasa agregó que varios padres de familia tienen dos trabajos, se emplean en los campos y en las fábricas cercanas para poder cubrir las necesidades del hogar.
No encuentran solución por contaminación
Prueban con combustible reciclado, pero se encarece y lo dejan de usar en las ladrilleras; quieren respuestas.