Al hablar de tradiciones en La Piedad debe resaltarse sin duda la práctica de los hachones, que son fogatas con leña de ocote.
Estos se realizan en el barrio de San Francisco, también conocido como “Perros Bravos”, durante el novenario en honor a San Francisco de Asís y es una de las tradiciones más arraigadas entre la población
Un hachón, es una forma de honrar al santo patrono y recordar a los seres queridos que se han ido. Durante el novenario las familias se reúnen afuera de sus casas para ver la hoguera y deleitar un rico platillo o botana y además contar historias.
Historia de los hachones
El historiador Fernando Tejeda Alvarado ofreció una breve reseña sobre la historia de los hachones.
“La tradición van relacionada con la fiesta de San Francisco de Asís; el barrio Perros Bravos tiene un templo dedicado a este santo que se construyó a finales del Siglo XIX gracias a dos frailes franciscanos, Fray Luis de Moret y Fray Luis de Portugal”, relató.
Tejeda Alvarado dijo las personas del barrio repiten esta tradición desde principios del Siglo XX, aunque en la actualidad ha sufrido algunos cambios: antes, las familias se sentaban alrededor de la luminaria a rezar el rosario pues se creía que San Francisco pasaba y bendecía los hogares.
“Los hachones son de tipo pagana – religiosa, y viene de la tradición prehispánica de los Purépechas, que encendían luminarias en las fiestas tradicionales para adorar al fuego como un elemento sagrado, que representa al Dios Sol – Fuego (Kuricaveri o Curicaueri), la leña era extraída de los bosques sagrados de Michoacán”, narró.
Esta práctica, combinación de catolicísismo y paganismo, nace de la interacción de frailes franciscanos con grupos autóctonos.
Tradición heredada
El señor Francisco Velázquez Romo, alias al “Panchato”, oriundo del barrio de San Francisco, dijo sentirse orgulloso de esta tradición heredada por los antepasados, “se dice que los hachones son parte de la ofrenda a San Francisco de Asís, para que a las familias les vayan bien durante el año”.
Hoy en día no sólo en Perros Bravos se hacen hachones, sino que esta práctica se ha extendido a otras colonias de la ciudad, principalmente La Purísima, la Zona Centro y Ciudad del Sol.
Vendedores de Ocote
Este año les ha ido bien a los vendedores de ocote, quien a pesar de la crisis económica, se arriesga a invertir en la madera que es traída de la sierra de Michoacán, principalmente de Uruapan y Parácuaro, todo con tal de preservar la tradición.
Andrea Velázquez y Javier López Muñoz, comerciantes de leña de ocote dijeron que no tienen problema para trasladar la madera, a pesar de la tala que sufren los bosques en Michoacán. Este año su inversión fue de entre 500 y mil pesos y siguen manteniendo en 7 pesos el kilo de ocote.