La Diócesis de León celebró ayer el 114 aniversario de la Coronación Pontificia de la Santísima Virgen de La Luz en la Catedral Basílica.
La ceremonia eucarística fue presidida por el Arzobispo de León, monseñor Alfonso Cortés Contreras, quien hizo un llamado a los fieles católicos a formar hijos con conciencia para que tengan respeto a sus padres.
“Nuestra Madre Santísima de la Luz es la Madre de esta ciudad. Una ciudad sino tiene una mamá es una ciudad abandonada y la Madre Santísima de la Luz es la Madre de toda esta Iglesia Diocesana, de toda la arquidiócesis.
“Por eso estamos llamados a contemplarla, a quererla, a propagar el amor a María Santísima, a nuestra madre, que siempre vela por sus hijos, por su casa y atenta a todo lo que hace falta”, añadió monseñor.
En la concelebración litúrgica estuvo acompañado del Rector de la Catedral, monseñor Carlos Muñoz Hernández.
Añadió que en los nueve municipios que forman parte de la Arquidiócesis, necesitan de la mirada amorosa y de la presencia de María Santísima.
“Hoy particularmente necesita la atención y el cuidado de María Santísima que nos ayude a ser fieles, a la familia, a la maternidad y que formemos hijos con conciencia de hijos, en la obediencia, en el amor paterno y veneración de los padres, en sencillez sabiendo que no somos dioses, sino que tenemos la vida que nos ha dada a través de Jesucristo y a través de nuestros padres”.
Al mediodía repicaron las campanas en lo alto de las torres de la Catedral para dar inicio a la ceremonia religiosa. 
“La coronación representa el don que Dios nuestro Señor le hizo a María Santísima y reconocer también su Ministerio y su lugar en la historia de la Salvación, porque fue a través de ella que Cristo vino al mundo, se encarnó”, añadió el Arzobispo.
En la homilía hizo referencia a la importancia de la maternidad de la Virgen María.
“Celebrar a María Santísima es recordar la belleza de la Iglesia, esa maternidad que como toda familia la tiene, la familia instituida por Dios, la familia natural. Es donde surge la vida, junto con el esposo, y ese objeto Santo del amor de Dios Nuestro Señor”, señaló.
El Arzobispo añadió que desde el Génesis se señala a María como una mujer que vencerá al mal y le pondrá el pie al cascabel que era el símbolo del mal.
“La realeza de la coronación de María Santísima, como reina de cielos y tierra, significa el reconocimiento de su dignidad, pero la realeza es para siempre”.
En su mensaje monseñor subrayó que la Iglesia y el pueblo de León deben imitar las cualidades de María entre las que están: el haber escuchado la voluntad de Dios, servirlo con todo su corazón, alma y vida, además de que fue misionera, al proclamar las bellezas de Dios.

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