La distrofia muscular no ha sido un obstáculo para que Viridiana Cázares Hernández siga preparándose en lo académico.
La también artista piedadense es reconocida por su peculiar forma de dibujar, pero representa un ejemplo de lucha como estudiante, ya que a pesar de su discapacidad no ha abandonado las aulas.
En entrevista, ‘Viri’ (como es mejor conocida) relata cómo ha sido su vida como estudiante.

¿Cómo fue tu infancia en la primaria y cómo lidiabas con la discapacidad?
. Entre a los 4 años al kínder María Elena Chanes, que estuve dos años ahí, uno de oyente y el otro ya inscrita. Luego entré a la primaria en el Juana de Asbaje, fue en la única donde me aceptaron porque mi mamá había ido al Colegio América y le dijeron que no me podían aceptar por mi discapacidad, y ya estando en la Juana me veían bien mis compañeras y mis maestras, pero cuando iba a mediados de tercero mis padres ya no me mandaron, tal vez se les complicaba el traslado.

 ¿Después de dejar la escuela tuviste apoyo en casa?
.Sí, iba mi maestra de primero a darme clases y me siguió enseñando lo que una niña de 8 años aprende en la escuela; esa maestra era muy buena conmigo, y le estoy muy agradecida, por dedicar su tiempo a mi enseñanza.

 ¿Cómo fue que lograste retomar tus estudios?
.Pasé como 10 años sin ir a la escuela, hasta después de cumplir mis 18 años me entró la espinita de terminar mis estudios básicos, porque veía que mis hermanas iban y dije: ‘¿Por qué yo no?’, así que me propuse como meta terminar la primera y la secundaria; en ese entonces no hacía nada de mi vida y necesitaba una motivación. Un día mis padres me llevaron a inscribirme al Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), donde después de dos años logré terminar la primaria y la secundaria.

¿Después de terminar tus estudios básicos qué te motivo a seguir preparándote?
. Creo que las ganas de superarme académicamente y el saber que podía hacerlo fue lo que me impulsó a estudiar la preparatoria, vi más a futuro y supe que para tener mejores oportunidades de trabajo tenía que seguirme preparando. Entonces ingresé al Colegio de Bachilleres, que es Prepa Abierta, pero los horarios y la distancia comenzaron a ser un problema, ya que mi casa quedaba lejos y pagar taxis todos los días era complicado; además de que a veces mis papás no podían acompañarme.
Así duré un tiempo, ya luego fue cuando me informaron que habían abierto el Centro de Atención para Estudiantes Discapacitados (CAED), a una cuadra de mi casa, y les comenté a mis papás y ellos me llevaron a inscribirme. Fui la primera alumna de CAED y actualmente somos 7 personas con distintos tipos de discapacidad.

¿Cuál es tu próxima meta?
. Mi meta a corto plazo es terminar la preparatoria, espero que en dos años tenga cubierto los 22 módulos, pretendo seguirme dedicando a dibujar, exponer mis obras y seguir con mi Taller de Dibujo para niños y jóvenes; actualmente tengo diez alumnos. También me gustaría prepararme para poder dar conferencias a otras personas con discapacidad y a sus familias, quiero decirles que aunque cuesta mucho superar las inseguridades y los miedos, sí se pueden cumplir los sueños.

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