El gobernador de Veracruz con licencia, Javier Duarte, adquirió a través de prestanombres unos 30 inmuebles rematados por hipotecas no pagadas en Miami, Florida.”.
En un testimonio ante la PGR, cuyo video fue transmitido el domingo en una audiencia judicial, el abogado fiscalista Alfonso Ortega López reveló que, como testaferro de esas compras, transfirió 700 mil dólares a las empresas Azerco LLC y Conexa LLC.
Reforma detectó que 19 de las propiedades mencionadas por Ortega actualmente siguen a nombre de esas dos sociedades de responsabilidad limitada, y tienen un valor comercial de 3.2 millones de dólares.
El litigante también reveló que el Gobernador con licencia de Veracruz compró al menos 2 departamentos en el conjunto Finesterre de Ixtapa-Zihuatanejo, cada uno en 1.5 millones de dólares, además de que pagó 500 mil dólares por acondicionamiento.
Además, el priista regaló a su esposa Karime Macías un anillo de 185 mil dólares y unos aretes de 40 mil dólares, que fueron adquiridos en la joyería Berger de Polanco, en la CDMX, y pagados por Miguel Mansur Cysneiros, el principal prestanombres de Duarte.
Tú sabes de donde viene el dinero
Alfonso Ortega López vio por última vez a Javier Duarte en mayo pasado, en el Hotel Camino Real de Ciudad de México.
El abogado fiscalista saludó a quien había conocido hace 20 años, cuando los presentó su amigo en común Moisés Mansur Cysneiros. Uno estudiaba en el ITAM y el otro en la Universidad Iberoamericana.
Ortega estaba preocupado y le confesó al Gobernador que tenía miedo y que ya no quería seguir participando en sus negocios, donde su verdadero papel había sido prestar su nombre para las empresas y bienes del Mandatario.
El escándalo ya estaba en todo su apogeo. Duarte no ocultó su molestia ante quien había sido un servidor leal en los últimos seis años.
“Él me jaló del brazo y me dijo que yo estaba metido en esto, que yo estaba involucrado y dijo ‘tú sabes de dónde viene el dinero’”, relató a la PGR el abogado.
A partir de ese momento, el fiscalista que desde hace 9 años dirigía un exitoso despacho en Cancún, sacó a su familia del País y anduvo a salto de mata, durmiendo cada noche en lugares distintos.
Por terceros, le hicieron llegar recados que consideró amenazas y que lo llevaron a tomar un camino sin retorno. El pasado 12 de octubre entró por su propio pie a la PGR para confesar todo lo que sabía.
Ortega se convirtió en el testigo que aceleraría la caída del Gobernador veracruzano.
Soltó una larga lista de empresas y bienes que, según su dicho, había adquirido para Duarte y de muchas otras que sabía que otros prestanombres le habían comprado.