Khalil Rafati tiene una historia de éxito llena de drama. Parte esencial de ella es su paso por las drogas, una sobredosis y su camino al éxito empresarial.
‘The New York Times’ relató la vida de Rafati, todo un ejemplo de redención. Toledo, Ohio, lo vio nacer, pero creció en Los Ángeles como empresario, poniendo un negocio de venta de autos de lujo. Su vida iba bien, hasta que probó la heroína, que lo enganchó y lo llevó a perder todo lo que tenía.
“Toqué el fondo de los fondos, no podía caer más bajo”, recuerda Rafati sobre una fiesta en 2001 a la que asisitió en Malibú, donde le dio una sobredosis. Poco después, su adicción lo llevaría a la cárcel por dos años.
Ése fue el fondo y de ahí él decidió levantarse. Su salida de prisión lo llevó a fundar Riviera Recovery, un centro de rehabilitación en Miami para drogadictos y alcohólicos. En ese lugar comenzó a preparar jugos naturales para los pacientes.
“Los hacía para fortalecer a los pacientes, así les daba un poco de energía que tanto necesitaban”, explica Rafati.
Malibú fue el inicio del éxito. La popularidad de sus jugos lo llevó a establecer toda una cadena de establecimientos en los que ofrece jugos naturales y café, SunLife Organics. Pensando en su historia, escribió luego un libro, “I forgot to die” (“Me olvidé de morir”), con el que busca inspirar a otros a no perder su esperanza y a seguir luchando para triunfar.
Rafati decidió cambiar sus días de heroína, sobredosis y cárcel por el éxito que, probablemente, nadie le hubiera augurado 15 años atrás.
Khalil Rafati a día de hoy. Foto: Instagram