Al parecer no hay estaca que pueda acabar con la literatura de vampiros. Del siglo XVIII al XXI, este tipo de historias, con mayor o menor tino y éxito, siguen vigentes en el gusto del público a nivel mundial.
Por supuesto, no se puede hablar del vampiro sin mencionar a Bram Stoker en primera instancia pero también otras plumas destacadas como las de Johann Wolfgang Goethe, Lord Byron, Charles Nodier, Alexandre Dumas padre, Guy de Maupassant y Edgar Allan Poe, por mencionar solo algunas, también abordaron el tema con algunas diferencias y adaptaciones.

El inicio

La leyenda del vampiro surgió en el siglo XVIII luego de supuestas exhumaciones de no muertos en Europa oriental y pronto se extendió a todo el continente. Era común que las publicaciones de la época registraran este tipo de historias, las más de ficción pura, pero retratadas como hechos reales recogidos por viajeros que daban sus testimonios a cronistas.
La fórmula anterior es la que sigue Drácula, de Stoker, que narra la trama del icónico vampiro como en una suerte de bitácora en la que se anotan fechas, horas, lugares, cartas y hasta recortes de periódicos. Así, esta novela epistolar registra el viaje de Jonathan Harker a Transilvania y su encuentro con el conde Drácula.
A Stoker se deben, al inaugurar formalmente el género, elementos hoy por todos conocidos como la sensualidad implícita en la sed de sangre del vampiro; su imposibilidad de reflejarse en los espejos; la seducción de sus víctimas; su refinamiento; la capacidad de telepatía y de transformarse en animales; dormir sobre tierra de su lugar natal contenida en un ataúd; el hecho de vampirizar a quien muerde; y, por supuesto, su susceptibilidad a crucifijos, agua bendita, estacas y a la luz del día, que lo aniquila.
Luego de lo logrado por Bram Stoker, cuya obra fue elogiada por Arthur Conan Doyle, creador de otro ícono literario, parecía dificil crear una historia de calidad, algo que sucedió en muchos de los casos.
Hoy, el género se convirtió en una franquicia de la literatura juvenil que usó la inmortalidad del vampiro como elemento de tensión para su noviazgo con una humana lo que genera la urgencia de vampirizarla para poder estar juntos eternamente.
Pese a esta edulcorización de la negra figura moldeada por Stoker, han habido otros acercamientos más afortunados y exitosos como el de Anne Rice con la saga Las Crónicas Vampíricas, compuesta por 11 novelas e inaugurada con Entrevista con el vampiro, en la que el aporte es el análisis de la psique de la figura central y la eternidad vista como una maldición más que como una ventaja.
Ya sea el enamorado o la temible figura presta a moder el cuello, el lector no debe olvidar lo que dice Drácula al abrir la puerta de sus dominios: “Entre usted libremente y por su propia voluntad”.

Drácula
Fragmento de la obra de ‘Bram’ Stoker
Tenía en la mano una antigua lámpara de plata, en la cual la llama se quemaba sin globo ni protección de ninguna clase, lanzando largas y ondulosas sombras al fluctuar por la corriente de la puerta abierta. El anciano me hizo un ademán con su mano derecha, haciendo un gesto cortés y hablando en excelente inglés, aunque con
una entonación extraña: 
—Bienvenido a mi casa. ¡Entre con libertad y por su propia voluntad! 
No hizo ningún movimiento para acercárseme, sino que permaneció inmóvil como una estatua, como si su gesto de bienvenida lo hubiese fijado en piedra. Sin embargo, en el instante en que traspuse
el umbral de la puerta, dio un paso impulsivamente hacia adelante y, extendiendo la mano, sujetó la mía con una fuerza que me hizo retroceder

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *