La mayoría de los esfuerzos para prevenir el cáncer de mama se han enfocado en la población femenina, pero este padecimiento también es cosa de hombres.

Si bien la incidencia es menor en la población masculina –por cada nuevo caso de cáncer de mama en hombres se detectaron 29 en las mujeres, según estadísticas del INEGI de 2014–, los oncólogos Jaime Corona y Guillermo Olivares sugieren no bajar la guardia y estar atentos a posibles síntomas, sobre todo si se tiene entre 65 y 70 años, edad promedio en la que los hombres lo desarrollan.

“El primer síntoma es sentir un nódulo, de tamaño más chico que en una mujer porque hay menos tejido.

“Más adelante, pueden ser alteraciones en la piel, como que se ponga roja o que sangre, que salga una úlcera o líquido del pezón o que crezcan ganglios en la axila”, comenta Corona, oncólogo en el Instituto Nacional de Cancerología (INCan).

El especialista señala que los principales factores de riesgo son problemas endocrinos, ligados a hormonas femeninas; obesidad y su conexión con el estrógeno; exposición del tórax a radiación por otros tratamientos y un estilo de vida no saludable, que incluya la ingesta de alimentos altos en grasa, sedentarismo y tabaquismo.

En esa línea, Olivares, del Centro de Cáncer del Hospital ABC (en la Ciudad de México), define otro factor de riesgo poco conocido: tener conexión directa con alguna paciente que presenta cáncer de mama.

“Si el hombre tiene una hermana o madre que tuvieron la enfermedad, aumenta discretamente el riesgo de padecer cáncer de mama, es una frecuencia baja, pero sigue siendo un factor hereditario”, explica.

Respecto a los tratamientos, el especialista del Centro Médico ABC enlista la cirugía, en la que se retira la glándula mamaria – procedimiento apenas perceptible en los hombres–, quimioterapia intravenosa, hormonoterapia y radioterapia.

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