El que los ancianos se vacunen contra la influenza no sólo previene que se discapaciten o mueran, sino que además protegen a quienes lo rodean.
“Al vacunarse el abuelo también protege a la familia; es menos probable que traiga la infección al hogar. Se promueve así lo que llamamos la inmunidad de ‘rebaño'”, indicó Luis Miguel Gutiérrez Robledo, director general del Instituto Nacional de Geriatría, en la Ciudad de México.
Advirtió que en adultos mayores se ha observado que los episodios infecciosos relacionados con influenza fácilmente se pueden complicar no sólo con otras infecciones sino también con eventos que causan discapacidad catastrófica o que pueden causar problemas vasculares cardiacos o cerebrales.
“Se pueden presentar complicaciones infecciosas pulmonares de muy diversa naturaleza, bronquitis e incluso neumonía. Si se trata de una persona diabética o con enfermedad cardiaca, el riesgo es todavía mayor.
“Con la vacunación se busca prevenir la muerte por complicaciones infecciosas, pero también la discapacidad que resulta de una enfermedad infecciosa grave que puede conducir a una hospitalización”.
Precisó que en el caso de influenza es necesario renovar la vacunación cada año porque los virus están mutando continuamente, y los que están más frecuentemente presentes varian anualmente.
“Nosotros estamos en una situación ventajosa porque el ciclo comienza en el hemisferio sur, y entonces tenemos oportunidad de que se identifiquen con más precisión los gérmenes que van a ser los más comunes para que preparemos las vacunas que se usan en la temporada que comienza a mediados de octubre”.
Señaló que según la OMS, en esta temporada de influenza predominará la AH1N1, la H3N2 y la B.
Indicó que a partir del 15 de octubre la vacuna estará disponible en todos los centros de atención primaria del País y las personas mayores se pueden vacunar gratuitamente sin necesidad de ir a su clínica de adscripción.
La recomendación es que a partir de los 60 años las personas se vacunen. Incluso se está recomendando la vacunación desde la quinta década de la vida, señaló.
Indicó que muchas personas temen vacunarse contra la influenza porque creen que si lo hacen presentarán la sintomatología de esta enfermedad.
“Esto es totalmente falso porque no usamos virus atenuados. Utilizamos sólo fragmentos de virus incapaces de producir la sintomatología. Lo que sí puede suceder es que a pesar de haberse vacunado contra la influenza, la persona tenga un catarro común, por ejemplo, porque la vacuna no le protege contra muchos otros virus que pueden causar esos síntomas”, explicó.
Dijo que actualmente se está promoviendo la vacunación con una visión de curso de vida, y proponiendo cada vacuna en el momento adecuado.
“Cada vacuna tiene su momento óptimo a lo largo de la vida para protegernos de mejor manera de las consecuencias de las enfermedades infecciosas y de las propias infecciones”, concluyó.

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