Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta de Argentina, compareció este lunes en una causa por presunta corrupción en la adjudicación de obras públicas durante su gobierno.
En tanto, cientos se congregaron fuera de los tribunales de Comodoro Py para protestar por lo que consideran una ofensiva judicial contra la ex mandataria, quien se presentó ante el juez Julián Ercolini, encargado de investigar el otorgamiento de obras al empresario Lázaro Báez, hoy en prisión.
Los fiscales denunciaron que entre 2003 y 2015 –durante los gobiernos del fallecido ex presidente Néstor Kirchner y su esposa–, Baéz obtuvo la licitación de 49 millonarias obras, y terminó dos.
Fernández de Kirchner, quien llegó a tribunales acompañada de su abogado y el exministro de la Corte Suprema, Raúl Zaffaroni, usó su derecho a no responder preguntas, pero ya había pedido que se investigara a todos los empresarios beneficiados con contratos de obra pública durante su gobierno.
Entre ellos se encuentra Ángel Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri, quien aprovechó la comparecencia judicial de su antecesora para pedir el fin de la impunidad, pese a que él también enfrenta procesos judiciales por las dudas sobre su patrimonio.
Fernández sólo habló para defender su inocencia, y aseguró que las acusaciones son “una maniobra formidable de persecución política”.
El objetivo del gobierno de Macri es “tapar el desastre económico-social” del país a raíz de su gestión.
LAS ACUSACIONES
Tráfico de influencias. Entre 2003 y 2015 -durante los gobiernos del fallecido ex presidente Néstor Kirchner y su esposa y sucesora–, el empresario Lázaro Báez obtuvo la licitación de 49 millonarias obras, y sólo terminó dos.
La defensa. Cristina Fernández afirma que la persecución en su contra es una “formidable maniobra política”.