Optar por la incineración del cuerpo de un familiar no es fácil. Algunas personas tienen ideas y costumbres muy arraigadas acerca de sepultar a un ser querido, pero tuvieron que recurrir a esta opción por voluntad de su familiar, falta de dinero y hasta por la falta de espacio en los panteones.

Efraín Rodríguez platicó que su madre durante toda su vida le pidió que la enterraran en el panteón, pero al momento de morir, él no tuvo dinero para comprar un espacio en un panteón privado y en los municipales ya no había lugar. Y aunque también es caro, optó por incinerarla.

Ayer, él fue uno de centenas de personas que acudieron a las criptas del Templo de San Francisco, donde hay nichos decorados con flores, dibujos, fotografías, cartas, recuerdos, pero también había otras llenas de tierra y que denotan que hace mucho que no son visitadas.

“Pues yo siento feo porque le fallé a mi mamá, ella dijo que no quería que la quemaran pero le dio un infarto y me agarró descuidado, no tenía dinero, y aquí un tío me prestó este espacio. Yo soy hijo único y no hubo de otra, ella quería estar en el panteón, porque decía que iba a sentir feo que la quemaran, decía que aunque estuviera muerta, ella sabía que le iba a doler, y a eso vine, a pedirle perdón otra vez y a decirle que la extraño mucho, que la quiero y que nada es igual sin ella”, platicó.

‘Mi papá les temía a los gusanos’

Pablo Aguilar, entre risas, platicó que su papá le dijo desde años antes de morir que él quería que lo cremaran, pues tenía miedo que “se lo comieran los gusanos”.

“Mi papá a todo le hallaba el lado bueno, era muy bromista y optimista, pero un día muy serio dijo que quería que lo cremáramos, no le hicimos caso, pero antes de morir insistió mucho en que no lo enterráramos, que le daba miedo que no estuviera bien muerto y lo enterraran vivo. Además, insistía mucho en que desde niño los gusanos le daban miedo y que no quería que se lo comieran, no fue fácil, mis hermanos no querían, pero al final tuvimos que respetar su decisión. Yo preferiría ir a un panteón, aquí está muy chiquito, muy encerrado y como estamos dentro del templo, no le puedo traer mariachi, pero pues él lo quiso así”, dijo.

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