Aún perdiendo, León ganó y clasificó a semifinales la semana pasada; anoche, ni la camisa de Javier Torrente, esa que ayudó a mantener una racha impecable sin derrota, logró salvarlos de entristecer completo el Nou Camp.
Por la mínima diferencia, Tigres venció ayer a León y con el 1-0, tiene ventaja para el partido de vuelta de las semifinales en el que los Verdes tendrán que mostrar ese ADN implacable que en la segunda mitad del torneo regular, les permitió sorprender cuando todo estaba perdido.
Y es que anoche en casa, La Fiera mostró más nobleza que empuje, más emoción al soltar un globo en memoria de los futbolistas fallecidos del Chapecoense, que al jugarse su boleto a la final… y Tigres, aún de visita, no lo perdonó.
El primer tiempo inició con un dominio alterno aunque los Verdes presumieron las primeras opciones de peligro por conducto de Mauro Boselli y Diego Novaretti, la defensa auriazul, para su fortuna, estuvo muy atenta igual que Nahuel Guzmán.
El equipo de Ricardo “Tuca” Ferretti, sin desesperación alguna, los dejó hacer, respondía por momentos con Jürgen Damm por la banda derecha pero sin ningún atisbo claro de peligro que inquietara la meta de William Yarbrough.
Vaya, ni la afición esmeralda estaba intranquila, más preocupación les generaba no encontrar un lugar entre las atestadas butacas del inmueble que aunque aún contaba con boletos disponibles horas antes del duelo, lució como en sus mejores tiempos.
Fue al 34’ de acción cuando por fin León despertó a la afición con un gol de Germán Cano, este festejó, lució su playera con una leyenda… y nada, en una buena decisión arbitral, Paúl Delgadillo anuló la anotación por fuera de lugar.
La igualada, sin embargo, se hizo trizas al 55’ de acción, pues gracias a la velocidad de Ismael Sosa y a la contundencia de André-Pierre Gignac, Tigres fue el primero -y el único- en hacer gol.
A velocidad por la banda derecha, Ismael Sosa dirigió el contragolpe, sorprendió a los esmeraldas y cedió a Gignac que se encontraba ya en el área, este bajó el balón con el pecho y pese a la marca de Diego Novaretti, acomodó la pelota y con un derechazo excelso, venció a Yarbrough para poner el 1-0 en el tanteador.
Torrente recompuso inmediatamente su cuadro, ingresó a Maxi Morález, Hernán Burbano y Juan Cuevas para refrescar el ataque, y aunque lo logró, se encontró con un rival muy bien parado en la zaga y manejando como pocos, los tiempos del partido.
Intentos felinos hubo, uno representativo de Boselli que se le escurrió entre las manos a Guzmán, pero sin la claridad que hizo a los Verdes llegar a semifinales y la cual, de no aparecer el fin de semana en el Volcán, podría mandar a León a casa.