Murieron 71 personas y dejaron una historia de tragedia. Pero también de misterio.
Una de estas últimas es la que narraron algunos de los rescatistas que presenciaron primero la escena de la nave despedazada, removieron los cadáveres de jugadores, cuerpo técnico, directivos y periodistas; pero también encontraron y rescataron a algunos sobrevivientes.
Precisamente con ese último grupo, el de los sobrevivientes, se relaciona la historia del “niño ángel” que estuvo presente cuando comenzaron a llegar los rescatistas.
En La Unión, Medellín, circula el relato misterioso: testigos afirman que un niño, que nadie ha logrado identificar, estaba presente, ayudando a los cuerpos de rescate la noche en que el avión en el que viajaba el Chapecoense cayó en las cercanías de Medellín, Colombia.
Según los testigos, el pequeño, al que describen como un niño de unos 10 años, fue de los primeros en llegar al lugar de la tragedia, en el Cerro El Gordo. De aspecto frágil, pero lleno de energía, el niño iba y venía, guiando a los rescatistas, que gracias a ello encontraron con vida al futbolista Alan Ruschel.
“Cuando estábamos parqueando las camionetas, llegó un niño y nos dijo que a unos heridos los estaban sacando por otro lado”, indicó Sergio Marulanda, uno de los lugareños que ayudó a evacuar a los sobrevivientes.
Además, el pequeño habría ayudado, según otros testigos, a sacar con vida a las otras cinco personas que también habían logrado sobrevivir a la tragedia.
De acuerdo con el testimonio de Marulanda, un policía le habría ordenado llevar al misterioso niño al lugar de los hechos para ayudar: “Usted es el primero en llegar, monte al niño en la camioneta y vaya a recoger a los heridos”, asegura el hombre que le dijo el oficial, cuya identidad también es desconocida.
Sin embargo, éste no habría sido el único niño que apareció para ayudar en medio de la tragedia, pues otros testigos han afirmado que, entre los restos de la aeronave estrellada en el Cerro El Gordo, había más pequeños que colaboraban como rescatistas. Son voluntarios anónimos y misteriosos. Algunos en La Unión les han llamado ángeles.