Una bala perdida entró en su cuerpo, en esa ráfaga de segundo dejó de sentir para siempre las piernas. Momentos antes de que la bala lesionara directamente la médula espinal, Vicente aseguraba que viviría de sus piernas; se preparaba como futbolista, tenía 18 años y ya pertenecía a la reserva especial del Toluca en la Ciudad de México en el 1978.
Vicente Mojica Fraustro, en silla de ruedas, es uno de los artistas de la pintura mural en Lagos, escultor y educador en la discapacidad.
Desde hace 30 años del accidente ocurrido en casa, una tragedia difícil de aceptar que encontró un sentido con el tiempo en el activismo y el arte. Con él surge en el IMSS de Lomas Verdes en la Ciudad de México el primer grupo de diálogo para el entendimiento de las personas que estaban sufriendo una discapacidad, y años después, paralelo a su educación y creación artística, nacerá Crisalida de Lagos, la primera asociación de apoyo a personas discapacitadas en Lagos de Moreno.
“Los ochenta fueron una época muy difícil, en toda la República sÓlo había dos o tres centros de rehabilitación, por lo que era difícil acceder a este servicio. Uno de ellos estaba en Lomas Verdes, comenté a mi doctor: ‘por qué nadie nos explica cómo cuidarnos, ni qué hacer con nuestra situación’. Entonces me propuso hacer un grupo en el hospital en donde los lesionados compartíamos experiencias y recibíamos orientación”, comentó Vicente.
El vínculo de Vicente Mojica con Lagos fue su padre, originario de esta ciudad. “Encontré en el dibujo y la pintura una manera de desahogarme de todos esos sentimientos que me pesaban. Supe de Santiago de Rosales y decidí radicar aquí, estudiar pintura y dibujo. Entré a la Escuela de Artes y Oficios, y con Dimitrio aprendí escultura. Paralelo a mi formación en el arte, inicié una época de activismo con Crisálida y como promotor en el DIF”, narró.
“Recuerdo que andando en silla de ruedas por las calles del centro me sorprendió que yo era la única persona con esta condición, pensaba ‘donde están los demás’, y fue cuando decidí tomar las calles, con la ideología de la inclusión realicé el primer desfile con personas discapacitadas, descubrí que se ocultaban muchos casos de niños con parálisis cerebral, que no salían”, añadió.
El primer desfile en Lagos de inclusión fue una iniciativa de Vicente Mojica, Escuela de Educación Especial y Crisalida, en colaboración con el DIF se inició en los noventa, repitiéndose hasta el 2015.
“En ese tiempo se abre la Unidad de Rehabilitación en el DIF y en Aguascalientes apenas empezaban a formarse licenciados en rehabilitación física. Me enfoqué en la inclusión, me dediqué a la capacitación, integramos el lenguaje Braille. Y empezamos, aunque todavía existe un rezago enorme para personas ciegas y sordas, es gratificante ver cómo algunos de los bebés con los que iniciamos, ahora tienen empleos como maestros de lenguaje”, expresó.
Paralelo a su trabajo como promotor y educador en la discapacidad, fue parte del movimiento de contracorriente en los noventa, integrado por artistas visuales contemporáneos de Rosales de Santiago y Gerardo González Alonso, con este grupo Vicente volvió a tomar las calles con exposiciones itinerantes de arte.
Actualmente Vicente es parte del equipo del Centro Cultural Manuel González Serrano e instruye arte mural en secundarias técnicas de la zona rural.
Le hace frente… a su discapacidad
Hace 30 años una bala perdida lo dejó sin caminar y Vicente encontró sentido a la vida en el activismo y el arte.