El Presidente de China, Xi Jinping, se reunió en Beijing con Henry Kissinger, exsecretario de Estado de EU, con quien analizó el futuro de las relaciones bilaterales tras la victoria de Donald Trump.
“Desde China estamos observando la situación muy de cerca y ahora estamos en una transición”, le dijo Xi a Kissinger en alusión a la victoria electoral de Trump, y añadió que Beijing espera que los vínculos chino-estadounidenses continúen de forma sostenida y estable con esta nueva presidencia.
En su reunión de más de hora y media, Xi declaró que los dos países deben abordar apropiadamente sus puntos de vista diferentes y sus divergencias de manera constructiva.
Kissinger, quien visita China con regularidad, expresó el deseo de continuar los esfuerzos para elevar el entendimiento y cooperación entre los dos países.
Retoma labores
El exsecretario de Estado de 93 años, que secretamente intermedió la visita clave del Presidente Richard Nixon en 1972, visitó el país asiático dos semanas después de haberse reunido en Nueva York con el Presidente electo, con quien también abordó la cuestión de las relaciones entre ambos países.
El jueves, Kissinger se reunió con Wang Qishan, que supervisa la emblemática campaña anticorrupción de Xi y ocupa el sexto puesto en la jerarquía del Partido Comunista, dijo la agencia de noticias oficial Xinhua.
La persistencia de Kissinger como intermediario preferido, habiendo transcurrido más de cuatro décadas desde que dejó su cargo, pone en evidencia los vacíos de comunicación entre las economías más grandes del mundo pese a que sus destinos están cada vez más entrelazados.
Esto se agudizó particularmente luego de la victoria electoral sorpresiva de Trump el mes pasado, que está haciendo pelear tanto a aliados como a rivales estadounidenses que evalúan cómo proyecta manejar los lazos diplomáticos el multimillonario promotor inmobiliario.
Durante la pasada campaña electoral estadounidense, China fue uno de los temas más recurrentes en los discursos del entonces candidato republicano, quien acusó al país asiático de haberle quitado a EU un buen número de puestos de trabajo y llegó a amenazar con una tarifa de hasta el 45% contra las importaciones chinas.
Pese a ello, Trump no fue especialmente impopular entre los medios chinos durante la campaña, o al menos no más que la candidata demócrata, Hillary Clinton, criticada en China por haber encabezado durante su época de Secretaria de Estado el “giro a Asia” de Washington, que incrementó las tensiones entre Beijing y sus vecinos.