El Rastro de León no realiza prácticas de tortura a los animales, aseguró Martín Valdez, director del Centro de Riesgos Sanitarios en Salud Municipal. 
Las organizaciones Igualdad Animal y Mercy For Animals acusaron que los animales son torturados hasta morir en 21 rastros municipales de varios estados del país, Guanajuato entre ellos. Las activistas criticaron que por falta de supervisión y preparación de los empleados de los rastros, los animales no son aturdidos previo a su muerte. 
Martín Valdez aseguró que este ejercicio no es el caso de León, pues el Rastro cuenta con la certificación TIF (Tipo Inspección Federal), reconocimiento que otorga la Sagarpa, y lleva procesos de bienestar animal basado en la Norma 033. 
“En este rastro hay mucha supervisión que no permitirla una cuestión de maltrato animal, estaríamos incumpliendo la norma”, dijo Valdez. 
Agregó que el Rastro cuenta con inspecciones municipales, estatales y federales y tiene dos médicos de Salud Municipal permanentes: uno en antemortem y el otro en postmortem, quienes supervisan que el animal no esté sufriendo y que la carne sea apta para el consumo humano para evitar enfermedades. 
Gerardo López, médico veterinario zootecnista (MVZ) de Salud Municipal, también negó prácticas de maltrato o tortura en el Rastro de León. 
En el matadero municipal, que es concesionado, trabajan 250 personas. Por semana entran mil 200 bovinos, 6 mil porcinos, 800 ovinos y caprinos, pero en temporada decembrina aumenta en un 20% la entrada de animales. 

Cierran un matadero 

La Dirección de Contra Riesgos Sanitarios del Estado ha suspendido las actividades de tres rastros y uno más fue cerrado definitivamente de los 37 que se encuentran en Guanajuato. 
Carlos Zúñiga Durán, titular de la dirección, aclaró que la interrupción no fue por tortura animal. 
Dicha dirección se encarga de la calidad higiénica del alimento, mientras que Sagarpa inspecciona los métodos de sacrificio. 
Las suspensiones se realizaron en Villagrán, San Diego de la Unión y Tarandacuao, porque no contaban con infraestructura adecuada en sus instalaciones. 
En Comonfort se hizo el cierre definitivo por condiciones económicas del Municipio, pues se sacrificaban muy pocos animales por semana y no resultaba rentable. 
Zúñiga Durán dijo que en el estado hay también 151 mataderos particulares donde se sacrifican animales en pequeñas cantidades e inclusive de manera esporádica, los cuales conservan buenas medidas de higiene. 
El Rastro de León, dijo, “ha favorecido mucho sus controles de calidad y seguridad, hemos encontrado muy bien control”. 
Finalmente, mencionó que cuatro verificadores realizan dos visitas por año a los rastros del estado.

RESULTADOS

De la investigación de Igualdad Animal y Mercy for Animals:

 Se visitó 21 rastros municipales de 10 municipios y 11 estados: Jalisco, Aguascalientes, Zacatecas, Colima, San Luis Potosí, Nayarit, Nuevo León, Hidalgo, Guanajuato, Puebla y Veracruz.
 El 100% de los cerdos estaban conscientes mientras eran apuñalados. 
 Los trabajadores movilizaban violentamente a los cerdos con arreadores eléctricos y golpes. 
 En la mayoría de los rastros, los cerdos eran apuñalados más de dos veces sin estar inconscientes y debido a ello, se desangraban en el suelo. 
 Los trabajadores mataban a más de tres cerdos al mismo tiempo. 
 En ningún rastro, los borregos y chivos eran insensibilizados, además de que eran violentamente matados, atados de patas, arrastrados de una de sus extremidades por el suelo y degollados. 
 Golpaban a los cerdos con el mazo de un hacha. 
 Las vacas eran movilizadas con arreadores eléctricos. 
 Las vacas que recuperaban la consciencia tras el aturdimiento, intentaban levantarse mientras se desangraban. 
 Menores de edad dentro de los centros de sacrificio. 
 Un trabajador amarraba violentamente a un borrego y sin aturdimiento le cortó el cuello y le arrancó la cabeza.

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