Esos dedos entumecidos a los que les cuesta obedecer, esas manos heladas pese a tener el resto del cuerpo bien abrigado… 
“La sangre posee mayor dificultad para llegar a las manos al estar en los extremos, por eso se enfrían más. Con las bajas temperaturas los vasos sanguíneos se cierren, propiciando que disminuya la circulación”, cuenta Salvador Tranche Iparraguirre, médico de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC).
¿Qué mecanismos para evitar esta sensación de frialdad tenemos los seres humanos? 
“Las personas poseemos un sistema de defensa del frío mixto, compuesto tanto por la grasa como por el pelo. Al lavarnos mucho las manos, perdemos dicha grasa, y si no nos protegemos, las extremidades pueden llegar a doler de puro frío”, afirma el doctor Ignacio Fernández Lozano, vicesecretario de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). 
“Como dicho sistema mixto no es suficiente, se necesitan medidas de protección externas. No valen fuentes de calor (el clásico coqueteo constante con el radiador), porque producen una vasodilatación, dando lugar a una excesiva calentura y doloroso enrojecimiento”, incide el vicepresidente de SEMFYC. De todos modos, el frío es subjetivo, por lo que los profesionales recomiendan seguir una serie de consejos para prevenir y combatir su afección las manos:
1. No olvide los guantes

Se trata de la medida más obvia, pero no por ello se debe omitir. “Existen varios tipos: los tradicionales, térmicos e incluso algunos nuevos modelos conectados a una red con batería… Todos ayudan”, explica la reumatóloga Patricia Carreira. La Arthritis Foundation aconseja las manoplas hechas de fibras naturales como algodón o lana, debido a que abrigan más y alejan la humedad de la piel. 
Esta protección debe extremarse en caso de padecer la enfermedad de Raynaud, un trastorno de origen desconocido caracterizado, según recoge la Sociedad Española de Reumatología, por la disminución de la circulación sanguínea en los dedos de las manos y de los pies, lo que produce dolor y cambios de coloración (azul y blanco) en dichas zonas.
2. Use crema de manos

Un extra para combatir el frío es la crema de manos. “Hace que disminuya el umbral del dolor, pues a más grasa, mejor protección. Se recomienda que no sean muy líquidas”, indica Fernández Lozano, quien puntualiza que puede aplicarse incluso antes de los guantes, reduciéndose a la mitad la sensación de frío.
3. Evite fumar

Esto debido a que el tabaco es malo para la sensación de frío, al empeorar la circulación periférica de los fumadores. 
“Existe relación causa-efecto dado que es un elemento vasoconstrictor que dificulta el riego sanguíneo”, concreta Tranche Iparraguirre. Esta constricción provoca un descenso de la temperatura al haber menos sangre caliente, “un cuadro que empeora en la gente joven”, como detalla el especialista. 
4. Agua tibia, no caliente

Para subir la temperatura de las manos, pocas cosas resultan tan eficaces como sumergirlas en agua tibia. 
El departamento de Salud e Higiene Mental de Maryland (Estados Unidos), de hecho, la considera muy útil en un informe para el tratamiento de síntomas de congelamiento. Así que abra el grifo y deje que corra el agua, pero nada de ponerla caliente (ni, por supuesto, fría). 
“El especialista insiste en que hay que tener mucho cuidado puesto que con la pérdida de sensibilidad en las manos gracias al frío se corre el riesgo de quemadura si no se calcula bien la temperatura del agua”, recalca Tranche Iparraguirre.

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