“Mañana vamos a cenar sopita y frijoles, o lo que completemos, pero lo bueno es que haya salud y estemos juntos”, para doña Reyna el haber pasado la noche a la intemperie, con lluvia y frío, no es motivo para perder los ánimos de que habrá una feliz Navidad.
Doña Reyna y su familia pasaron en total dos noches afuera de la Villa Navideña con tal de ser de los primeros en recibir regalos por parte del Cuerpo de Bomberos.
Su pobreza es tal que no tienen forma de comprar regalos para los cinco niños de la casa: sus dos hijos, una ahijada que adoptó y tres sobrinos. Su esposo es albañil y en esta temporada ha tenido muy poco trabajo, los ingresos son pocos y las necesidades muchas, reconoce con una cálida sonrisa en el rostro.
Como cada año, miles de familias de las colonias más marginadas de Juárez llegan hasta la estación de bomberos para recibir un presente navideño, este año se optó por cambiar la sede para mejorar la logística de entrega, pero los llamados de la autoridad no fueron escuchados y hubo quien se formó 72 horas antes de que comenzara el evento.
De acuerdo con el Ayuntamiento de esta ciudad fronteriza serán entregados 10 mil paquetes a los niños, y aunque no se logró recabar la meta de 14 mil paquetes, al menos se empató con el número del año pasado.
Para poder cumplir los sueños de los niños juarenses los bomberos inician una campaña de colecta de juguetes desde meses atrás, apoyados por medios de comunicación, cámaras empresariales, universidades, y diversas instancias de gobierno.
“No hay dinero, este año nos fue muy mal. La niña no pidió nada, ella juega con lo que tenga a la mano, pero no quise que no recibiera nada, y si tengo que aguantar el frío me lo aguanto. Si no pude comprarle su regalito, al menos hago el esfuerzo de estar aquí para conseguirle su bicicleta”, relató Raúl, un joven padre de familia que migró desde Coahuila con su familia, en busca de una mejor vida.
Junto con quienes iban formando la fila arribaron al sitio grupos de voluntarios con pan, champurrado calientito, tamales, burritos, café y otros alimentos para hacerles más llevadera la larga espera.
Desde la tarde del viernes el municipio habilitó una enorme carpa para que ahí se resguardaran los que durmieron en el lugar, para ello se les proporcionaron cobijas y colchonetas, además de montar dos pantallas gigantes para que los pequeños vieron películas infantiles.
“Este año nomas hizo frío en la madrugada, el año pasado sí hizo mucho frío los dos días que estuve esperando”, recuerda dona Reyna, que con este son ya tres los años consecutivos que acude a la entrega.
“Yo quiero darle gracias a toda la gente que nos ayuda, en especial a los bomberos, pero también a los que nos trajeron unos panes. La verdad ya teníamos mucha hambre”, finalizó, sin perder la sonrisa.
Para hacer más llevadera la espera niños y sus papás organizaron improvisados partidos de fútbol, en los que ocasionalmente participaba alguno de los bomberos organizadores del evento. Algunos otros optaron por dormir, ya que la noche anterior les fue imposible conciliar el sueño por las lluvias.
Los bomberos comentaron que fueron mil las bicicletas que se darán de regalo, mismas que alcanzan un precio promedio de mil 500 pesos, más de lo que un obrero de maquila gana en una semana de trabajo.

 

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