Al León siempre se le ha exigido en cada torneo, en cada partido y en cada jugada. Aún más cuando juega contra uno menos y se tiene la sensación que puede ganar.
En Monterrey, La Fiera nos dejó con las ganas.
La expulsión de Edwin Cardona al minuto 21 condicionó un juego que pudo ser futbolísticamente agradable pero que terminó como esos empates sin goles que calan en el hígado, sin emociones fuertes en la cancha ni ideas audaces desde la banca.
Javier Torrente decidió sentar al ‘Recodo’ y habilitar a Cornejo como un contención cobijado con la compañía de Leo López y Luis Montes. ‘Gullit’ se fue a la banca también y en su lugar el domador optó por respetar los perfiles de ataque poniendo a Burbano por la izquierda y al ‘Rifle’ por la derecha.
Con su tradicional línea de cuatro defensores y Boselli solo en punta, el León mostró cierta firmeza en los primeros minutos ante unos Rayados que en casa saben poner condiciones. Vino el golpe de Cardona, la roja directa y todos nos frotamos las manos con la expectativa de que este partido sería para los Verdes.
Pasaron poco más de 70 extraños minutos gracias a las circunstancias que hubo en el césped, pues el León tuvo más la pelota pero Monterrey contó con las opciones más claras. 
Dicen que el contrincante cuenta, Monterrey se volvió precavido y Mohamed decidió jugarle al León en contragolpe dada la velocidad de Pabón y la definición de Funes Mori.  Pero en el futbol el rival no te puede restringir tu juego cuando tienes cualidades para superarlo.
Por eso, nos quedamos con las ganas de ver a Burbano y al ‘Rifle’ más punzantes, encarando y retando a sus contras, siempre con el balón cerquita de sus pies y no dividiéndolo al espacio. Cayeron en la falta de creatividad sin que sacaran su picardía a flote.
Nos quedamos con las ganas de ver a Mauro Boselli, simplemente no apareció. 
Nos quedamos con las ganas de ver a un Torrente ingenioso para abrir el esquema rayado. Sus cambios sólo refrescaron las posiciones pero no hubo algo diferente en su esquema táctico, no alcanzamos a observar estrategia alguna para desconcertar y ahogar a un equipo diezmado por las tarjetas.
Los números son fríos, en comparación al torneo anterior el León tiene un mejor arranque y mantiene el invicto fuera de casa. 
Sin embargo, podemos resumir que ante los Rayados se ganó un punto en la cancha y se perdieron dos acá arriba, en la mentalidad del equipo. Así, la ferviente esperanza de ganar un partido la tendremos que mojar en agua fría.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *