Ha estallado una controversia en Gran Bretaña en torno a la invitación ofrecida al presidente estadounidense Donald Trump para realizar una visita de estado, uno de los máximos honores que se le puede conferir a un líder extranjero.

Las visitas de estado son fastuosas ocasiones de gran pompa y elegancia, e involucran a la reina de Inglaterra Isabel II. El decreto emitido por Trump prohibiéndole la entrada a refugiados y a ciudadanos de ciertos países de mayoría musulmana coloca a la monarca en una posición incómoda.

La medida ha provocado protestas en todo el mundo incluyendo en Gran Bretaña, donde los líderes de la oposición la han denunciado enfáticamente, y algunos han cuestionado la decisión de extenderle la invitación a Trump.

Para las visitas de estado, oficialmente es el gobierno británico, encabezado ahora por la primera ministra Theresa May, el que hace la invitación en nombre de la reina, pero la reina la anfitriona oficial. Ello conlleva elegantes actos y ceremonias y una estadía de varios días en el Palacio de Buckingham.

La posibilidad de que estallen protestas a las puertas del palacio ha colocado a la reina “en una posición sumamente difícil”, dijo Peter Ricketts, que fue anteriormente un funcionario importante de la cancillería británica.

En una carta publicada el martes en el diario The Times, Ricketts dice que la “visita de estado” debe ser recalibrada a “visita oficial”, un estatus un poco más bajo, a fin de evitarle a la reina situaciones embarazosas. Añadió que la invitación no debió hacerse tan temprano en la administración de Trump.

“Hubiera sido más sabio esperar a ver qué tipo de presidente resultaba ser Trump, antes de aconsejarle a la reina que lo invite”, expresó Ricketts.

El alcalde de Londres Sadiq Khan, el primer musulmán en ser elegido a ese cargo, ha pedido que se revoque esa invitación. Su despacho informó que Khan considera el decreto de Trump “cruel, prejuiciado y contraproducente”.

Las visitas de estado por lo general se le ofrecen a monarcas extranjeros, presidentes y primer ministros, cuando el objetivo es impulsar la diplomacia británica y los intereses económicos de la nación.

La invitación a Trump es parte de un esfuerzo para mejorar las relaciones con el objetivo de firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos para después de que Gran Bretaña se salga de la Unión Europea.

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