“Por arriba de la línea”, era la frase que no sólo ocupaba, sino que definió a Víctor Manuel Román Flores hasta ayer, su último día de vida.
A sus 54 años, Víctor Román tomó una ruta diferente a la que estaba planeada en la Carrera de Los Barrios, un infarto no le permitió llegar a la meta, pero sí irse feliz como él describía que era dedicarse al deporte.
Víctor Román Flores nació un 28 de julio de 1962, su vida comenzó en la avenida Miguel Alemán, junto a sus padres Alberto Román Sánchez e Irene Flores González, quienes ya se encontraban en la rama farmacéutica.
“No nació con pañales de seda, trabajó y llegó hasta donde logró porque es un guerrero, ahí lo conocí a él y a todos sus hermanos, son gente de lucha, de esfuerzo, gente de trabajo, de responsabilidad, siempre dieron lo mejor de sí”, cuenta Jesús Vázquez, empresario y amigo cercano de Román.
Víctor Román estudió en el Instituto Tecnológico de Monterrey, de 1980 a 1984, donde se graduó como contador público.
Apenas a un año de terminar su carrera, comenzó lo que sería una de las empresas más importantes, generadora de empleos y el pilar de su familia: Distribuidora Román.
En 1985 el contador junto con su esposa, María del Rocío Gutiérrez Segovia, iniciaron un negocio, la farmacia “Román No.2”, en la Zona Centro. Y en 1989 la empresa logró expandirse hasta convertirse en Distribuidora.
Junto con María del Rocío Gutiérrez, formó una familia con tres hijos: Víctor, Iván y Claudia.
Su hija le dio la dicha de ser abuelo de Marcelo, a quien presumía en todo momento en redes sociales, así como a sus tres hijos y a su pareja actual, Miriam Guadián.
“Su trayectoria como persona y empresario fue transparente en todos los aspectos, pues todo fue por mérito propio, fruto de su rectitud y honestidad, permitiéndole actuar libremente”, narran colaboradores en una semblanza que realizaron de su jefe.
Optimista, dicharachero, responsable, entregado y honesto son algunas de las palabras que desde ayer la gente le publica en su portal de Facebook, ése por el que tantas veces denunció falta de resultados de la autoridad, por el mismo que a diario daba una frase motivacional y por donde por supuesto presumía el amor a su familia, a su empresa y al deporte.
Román no sólo fue un empresario de altura, sino un atleta de alto rendimiento, en ciclismo, incluso fue subcampeón de squash en el club Punto Verde en los años 90, así como cinta negra, primer dan del lima lama, en 1983.
Presidente y crítico
El 3 de julio de 2014, Víctor Román quedó al frente de la Cámara Nacional del Comercio ( Canaco Servytur) en León y fue reelegido por tres años. En marzo próximo cumplía con esta encomienda.
“Luchó hasta el último día por tener una Cámara de Comercio única, con carácter, con personalidad, que fue controvertido, sí, lo fue, y a lo mejor hay gente que no sabe que así son los ideales de los leoneses”, mencionó Chuy Vázquez .
“Para mí, un gran ejemplo, gran elemento, y deja un gran elemento que sigue sus pasos, su hijo, que va con la misma línea.
“Las cámaras empresariales deben entregarse como él se entregó, a servir a los demás y dar el ejemplo”, aseguró sobre la trayectoria de Román Flores como presidente de la cámara.
Además de mantener su empresa, Víctor Román mantuvo su postura crítica ante el Gobierno del Estado y el Gobierno Municipal, sobre todo en materia de seguridad, en donde exigía resultados, pero también se dijo dispuesto a apoyar.
Ayer, unas horas antes de su fallecimiento y, como era costumbre, antes de emprender una nueva carrera atlética, Román publicó una foto en su red social ya con la camiseta, su número y los tenis listos.
“Que Dios nos acompañe, cuide, proteja y se quede con nosotros”, fue su último deseo.