Milo Yiannopoulos desata un incendio a cada paso. Católico, homosexual, poeta fracasado y ultraderechista, este provocador nato era una estrella de Breitbart, el estridente medio que dirigía Steve Bannon antes de ser estratega jefe de Donald Trump.
Desde esa atalaya extremista, que apoyó los postulados más explosivos de Trump, Yiannopoulos alcanzó la notoriedad que ahora se le volvió en contra.
Dueño de un humor patibulario, a sus 33 años ya cruzó un límite que difícilmente superará: defendió la pederastia e incluso bromeó sobre ella.
El resultado fue fulminante. La Conferencia de Acción Política Conservadora le retiró la invitación a participar en su acto de hoy. La editorial Simon & Schuster canceló publicar su autobiografía (Dangerous), por la que pagó un anticipo de 250 mil dólares. Y sus propios colegas de Breitbart anunciaron que dimitirían si Yiannopoulos no abandonaba su puesto. Lo cual finalmente hizo ayer.
“Breitbart me apoyó cuando otros no lo hacían. Me permitió llevar mis ideas libertarias y conservadoras a comunidades que de otro modo no las hubiesen conocido. Son un factor significativo de mi éxito. Cometería un error si mis palabras distrajesen del importante trabajo de mis colegas, por eso hoy dimito. La decisión es solo mía”, anunció.
“La atracción sexual hacia alguien con 13 años, que es sexualmente maduro, no es pedofilia”. Milo Yiannopoulos, ex editor de Breitbart News
El escándalo no es algo nuevo para él. Defensor de que los homosexuales “vuelvan al clóset” e islamófobo rabioso, sus charlas fueron a menudo suspendidas por la negativa de los invitados a sentarse junto a él.
Twitter, tras amonestarlo por sus comentarios racistas, le retiró la cuenta permanentemente. A principios de mes, estudiantes de Berkeley impidieron con violencia una charla suya.
En aquella ocasión, el ya presidente Trump tuiteó para defenderlo, pero esta vez hasta él mismo prefirió callar.