Las sillas metálicas se fueron llenando de gente. Rostros preocupados, hombres de traje con algunos expedientes en las manos y la sutil tensión antes de un juicio, sobre todo en un juicio por homicidio.
A las 13:37 horas los asistentes comenzaron a llegar a la Sala 4 de los Juzgados de Oralidad Penal de León. Familiares de los imputados y otros fueron entrando en fila india; apenas 16 personas se sentaron.
Del lado derecho, la Fiscalía con dos representantes decididos, asertivos. Del lado izquierdo, los dos imputados, y dos abogados de los cuales sólo quedaría uno a mitad de la audiencia y ninguno al final de ésta.
Los acusados, Alfonso y Mario, fueron señalados como coautores del homicidio simple de Juan, quien murió por asfixia mecánica por estrangulamiento.
Los presentes escucharon al juez, un hombre pálido, bien peinado y con una corbata verde que resaltaba entre la túnica. Luego de las respectivas introducciones, la Fiscalía comenzó a citar los hechos que poco a poco se fueron desglosando.
La relatoría de la Fiscalía refiere que Juan abordó un taxi con dirección al Hospital General, se sentó en el asiento del copiloto. Al cabo de unos minutos de trayecto abrió la puerta, lo que al parecer causó un percance con una motocicleta.
En medio de la conmoción, el hasta entonces pasajero corrió en dirección a Brisas de San Julián intentando entrar en un fraccionamiento sin lograrlo, al continuar dio con otra entrada, Brisas del Carmen. Pero esta vez se topó con Mario quien lo interceptó en el acto, ejerciendo su función de guardia de seguridad.
Para inmovilizar al extraño, Mario le aplicó una “llave china” y lo presionó con las piernas hasta que ambos cayeron al suelo. Alfonso aprovechó para esposar al sujeto con las manos tras la espalda, e inmovilizarle las piernas con cinta canela.
Según dijeron testigos consultados, había un grupo de personas que sugirió a Mario soltar a Juan, quien se había desmayado; pero no lo hizo hasta que fue esposado.
De Alfonso poco se sabe pero de Mario, en cambio, se sabe por información externa al juicio, que es uno de los 500 policías despedidos en 2012 por no aprobar los exámenes de Control y Confianza.
Tras una llamada, tres elementos de la Policía Municipal llegaron desde distintos puntos. No hubo necesidad de una persecución, los dos sujetos y el “detenido2 permanecía ahí, al parecer los guardias no sabían que estaban junto a un cadáver.
Los oficiales revisaron el cuerpo tendido entre el bulevar Brisas de San Judas esquina con Brisas de San Julián y pidieron apoyo de paramédicos, quienes confirmaron que Juan había muerto.
Luego de que la Fiscalía dio cuenta de los hechos, al finalizar el abogado defensor hizo dos comentarios, ambos lo suficientemente incoherentes con el nuevo sistema de oralidad penal como para que el Juez cuestionara (conforme a la ley) las capacidades del litigante.
La primera vez consultó a los imputados, que optaron por confiar en su representante; la segunda bastó para que el juez pidiera un receso para determinar si el abogado debía continuar.
Camisa azul con rayas blancas, pantalones vaqueros y cabello largo describían a Mario mientras lo sacaban de la sala por una puerta exclusiva. Alfonso, en cambio, vestía camisa rosa, pantalones de mezclilla oscura y cabello corto.
En común ojos de desconcierto al ver lo sucedido, sobretodo en Alfonso, quien al inicio del juicio prescindió de su defensor de oficio para utilizar al abogado particular de su compañero de trabajo.
Los minutos pasaron y al parecer las familias de ambos tenían algo claro: su abogado no tenía idea del nuevo sistema de juicios. Con 18 minutos pasados de las cuatro, se reanudó la sesión y el abogado defensor dijo que necesitaría ser relevado de su cargo para defender a Mario, mientras Alfonso optaría por volver al de oficio.
Mientras la audiencia se llevaba a cabo, familiares de Juan realizaban los servicios funerarios, por ello no pudieron asistir; pero quizá lo hagan hoy a las 10 de la mañana cuando se reanude el caso por los hechos ocurridos la tarde del pasado martes.
Mientras tanto, los imputados permanecen tras las rejas.
¿Qué es una llave china?
Es la restricción vascular que provoca la inconciencia en el transcurso de 10 a 20 segundos.
Si no se aplica correctamente puede causar la muerte