En las dos últimas décadas ha aumentado significativamente el número de embarazos múltiples. 

El uso de técnicas de fertilidad a las que recurren, cada vez más, las parejas que quieren tener hijos, tiene mucho que ver en este aumento de embarazos por partida doble o triple. Sin embargo, como muestran varios estudios, también la genética y la edad de la madre tienen algo que decir.

Sabíamos que si existen antecedentes de embarazo múltiple en la familia, aumentan las posibilidades de que esto se repita en las siguientes generaciones. Pero también hay un dato curioso: a mayor edad de la mujer, más probabilidades de que en sus ciclos menstruales se produzca una ovulación múltiple. Así lo indicaba, por ejemplo, una investigación coordinada por el profesor Roy Homburg y el doctor Cornelius Lambalk en la University Medical Centre de Ámsterdam (Holanda). En ella, después de analizar y comparar los ciclos menstruales de mujeres menos de 30 años; de entre 30 y 35; y mayores de 35, observaron que a medida que envejecían aumentaban los casos de ovulación múltiple (esto no se traducía necesariamente en embarazos, porque la calidad de los ovocitos podía seguir siendo pequeña).

Teniendo en cuenta que cada vez se retrasa más la maternidad —en 2015, el 37,7% de las mujeres que dieron a luz tenían 35 años o más—, ¿podría ser esta una causa natural que explicase la proliferación de cochecitos gemelares?

Desde el Instituto Marquès de Barcelona que dirige la doctora Marisa López-Teijón, experta en ginecología y fertilidad, explican que “sin duda las técnicas de reproducción asistida han influido en el incremento de embarazos gemelares en los países desarrollados: hemos pasado en Europa de una incidencia de 10 casos por cada mil nacimientos en 1980 a 16 por mil en la actualidad”.

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