Mientras que las autoridades responsabilizan al consumo de drogas de la creciente violencia en León, el número de adictos aumenta sin que lo hagan también las alternativas que tienen para rehabilitarse.
Lo más grave, señalan especialistas involucrados en el problema del abuso de sustancias, es que ya son niños hasta de 10 años los que consumen drogas como cristal, por lo que alertan a los padres de familia a tener mucho más cuidado con sus hijos.
Luego de que durante enero se produjeran 32 asesinatos en León, una cifra sin precedentes, el alcalde Héctor López Santillana dijo que el aumento de la violencia era consecuencia del incremento en el consumo de drogas, porque el mercado era cada vez más atractivo para disputarlo.
El Presidente Municipal reconoció que las autoridades han quedado a deber en el apoyo a los farmacodependientes; interrogado sobre si había suficientes alternativas para la atención y el tratamiento, reconoció que “a nivel público no”.
Rosa Cristina García Gallegos, psicóloga del Centro de Integración Juvenil (CIJ) en León, señaló que la edad de los jóvenes que acuden en busca de ayuda fluctúa entre los 10 y los 29 años. El CIJ atiende a un promedio de 130 pacientes semestralmente.
Un 25% de quienes han llegado al centro dice haber consumido metanfetaminas, ‘cristal’, substancias obtenidas en laboratorios rudimentarios, generalmente ingeridas en forma de tableta, que dan sensación de estímulo y bienestar, pero que puede provocar anorexia, sudación, hipertermia y causar una muerte súbita por paro cardiaco.
“El consumo de cristal se está convirtiendo en un problema más grave cada día. Con mucha frecuencia se encuentran adolescentes de 14 años con consumo de metanfetaminas, que es todo químico, pues lo mismo le ponen aluminio, fósforo que generan gran alteración en el sistema nervioso, como el placer intenso y que puede generar taquicardias. Los jóvenes se muestran más a la defensiva, padecen inquietud, inestabilidad emocional y conducta violenta”, señaló la psicóloga.
Escuela y familia
ya no protegen tanto
Pero más allá de la marihuana o las anfentaminas, el gran problema con los consumidores es que tienden a ser “poliusuarios”, es decir, que consumen por lo menos dos tipos de drogas, como alcohol, mariguana, tabaco, cristal, cocaína. Y en muchos casos, más.
“El 60% de la población que se atiende en el Centro de Integración refiere haber consumido mariguana. Sigue observándose un consumo de solventes en algunos pacientes, pero ya no es tan frecuente, ya le revuelven con otra droga, como solvente con cristal o con mariguana. Es raro identificar a personas que consuman exclusivamente solventes”, explicó la psicóloga.
Los solventes eran una droga de consumo típico y de inicio en las adicciones en León, por su empleo en la industria zapatera.
García Gallegos señaló que de acuerdo a los estudios que tienen la droga de inicio de muchos jóvenes es la mariguana, y en segundo lugar el “crack”, que es un derivado de la cocaína, luego vienen los solventes.
“Se ha incrementado el índice de adictos. Lo más lamentable es que cada vez son más pequeños los que inician, eso es lo más alarmante. Encontramos niños de 10 años que ya son poliusuarios”.
Más preocupante todavía es que los padres de familia ni cuenta se dan a veces. Hay casos en que los padres se percatan tres años después de que los niños son consumidores.
“Esto es alarmante y preocupante en cuanto a las dinámicas familiares”, resaltó García Gallegos.
Todo se complica. Antes las escuelas era consideradas como un factor de protección contra las drogas, pero en muchos casos ya se les ve como un riesgo más.
“Ahora las escuelas en muchas situaciones se observan como un factor de riesgo. Hay padres de familia que han dicho que han tenido que sacar a sus hijos de determinada escuela porque ahí era el factor de riesgo”, añadió.
Otras circunstancias que inciden con frecuencia en que los jóvenes consuman drogas es la desintegración familiar, que provoca un déficit de comunicación en las relaciones personales.
“Es lamentable ver en familias donde los padres trabajan a niños cuidando niños. Se va trabajando en factores de riesgo en lugar de factores de protección. Los niños pasan mucho tiempo fuera de casa y la influencia de pandillas va afectando al menor, sobre todo en el consumo de drogas”, añadió la psicóloga.
Mientras que las autoridades responsabilizan al consumo de drogas de la creciente violencia en León, el número de adictos aumenta sin que lo hagan también las alternativas que tienen para rehabilitarse.
Lo más grave, señalan especialistas involucrados en el problema del abuso de sustancias, es que ya son niños hasta de 10 años los que consumen drogas como cristal, por lo que alertan a los padres de familia a tener mucho más cuidado con sus hijos.
Luego de que durante enero se produjeran 32 asesinatos en León, una cifra sin precedentes, el alcalde Héctor López Santillana dijo que el aumento de la violencia era consecuencia del incremento en el consumo de drogas, porque el mercado era cada vez más atractivo para disputarlo.
El Presidente Municipal reconoció que las autoridades han quedado a deber en el apoyo a los farmacodependientes; interrogado sobre si había suficientes alternativas para la atención y el tratamiento, reconoció que “a nivel público no”.
Rosa Cristina García Gallegos, psicóloga del Centro de Integración Juvenil (CIJ) en León, señaló que la edad de los jóvenes que acuden en busca de ayuda fluctúa entre los 10 y los 29 años. El CIJ atiende a un promedio de 130 pacientes semestralmente.
Un 25% de quienes han llegado al centro dice haber consumido metanfetaminas, ‘cristal’, substancias obtenidas en laboratorios rudimentarios, generalmente ingeridas en forma de tableta, que dan sensación de estímulo y bienestar, pero que puede provocar anorexia, sudación, hipertermia y causar una muerte súbita por paro cardiaco.
“El consumo de cristal se está convirtiendo en un problema más grave cada día. Con mucha frecuencia se encuentran adolescentes de 14 años con consumo de metanfetaminas, que es todo químico, pues lo mismo le ponen aluminio, fósforo que generan gran alteración en el sistema nervioso, como el placer intenso y que puede generar taquicardias. Los jóvenes se muestran más a la defensiva, padecen inquietud, inestabilidad emocional y conducta violenta”, señaló la psicóloga.
Escuela y familia
ya no protegen tanto
Pero más allá de la marihuana o las anfentaminas, el gran problema con los consumidores es que tienden a ser “poliusuarios”, es decir, que consumen por lo menos dos tipos de drogas, como alcohol, mariguana, tabaco, cristal, cocaína. Y en muchos casos, más.
“El 60% de la población que se atiende en el Centro de Integración refiere haber consumido mariguana. Sigue observándose un consumo de solventes en algunos pacientes, pero ya no es tan frecuente, ya le revuelven con otra droga, como solvente con cristal o con mariguana. Es raro identificar a personas que consuman exclusivamente solventes”, explicó la psicóloga.
Los solventes eran una droga de consumo típico y de inicio en las adicciones en León, por su empleo en la industria zapatera.
García Gallegos señaló que de acuerdo a los estudios que tienen la droga de inicio de muchos jóvenes es la mariguana, y en segundo lugar el “crack”, que es un derivado de la cocaína, luego vienen los solventes.
“Se ha incrementado el índice de adictos. Lo más lamentable es que cada vez son más pequeños los que inician, eso es lo más alarmante. Encontramos niños de 10 años que ya son poliusuarios”.
Más preocupante todavía es que los padres de familia ni cuenta se dan a veces. Hay casos en que los padres se percatan tres años después de que los niños son consumidores.
“Esto es alarmante y preocupante en cuanto a las dinámicas familiares”, resaltó García Gallegos.
Todo se complica. Antes las escuelas era consideradas como un factor de protección contra las drogas, pero en muchos casos ya se les ve como un riesgo más.
“Ahora las escuelas en muchas situaciones se observan como un factor de riesgo. Hay padres de familia que han dicho que han tenido que sacar a sus hijos de determinada escuela porque ahí era el factor de riesgo”, añadió.
Otras circunstancias que inciden con frecuencia en que los jóvenes consuman drogas es la desintegración familiar, que provoca un déficit de comunicación en las relaciones personales.
“Es lamentable ver en familias donde los padres trabajan a niños cuidando niños. Se va trabajando en factores de riesgo en lugar de factores de protección. Los niños pasan mucho tiempo fuera de casa y la influencia de pandillas va afectando al menor, sobre todo en el consumo de drogas”, añadió la psicóloga.
Anexos, alternativa deseperadaAnexos, alternativa deseperada
Ante la falta de alternativas para rehabilitarse, sobre todo para los pacientes adictos de escasos recursos, muchos jóvenes se refugian en anexos, por presiones o por necesidad.
Rosa Cristina García Galegos señaló que de acuerdo con los testimonios de los jóvenes, hay algunos que señalan que el internamiento en un anexo les sirvió para recuperarse, pero otros, la mayoría, según dijo, salen de ahí más resentidos e incluso tras aprender más sobre las drogas.
“Mucho jóvenes que llegan a los anexos recaen por factores emocionales que no se trabajan en estos centros. Muchos pacientes son internados en los anexos en contra de su voluntad y salen más enojados, con frustración y su conducta es de desquite y el consumo es mayor”.
Platicó que muchos jovencitos se refieren también de las llamadas casas de “pánico”, donde se intoxican a cambio de vender drogas.
“Generalmente hay una de estas casas por colonia en León. Eso es muy común. Son lugares en los que con mucha frecuencia se reúnen los jóvenes a consumir droga y les dan permiso de quedarse, y se organizan”, añadió.
García Gallegos consideró que la única forma de regenerarse es que las personas estén convencidas en la necesidad de tener un cambio.
En caso contrario, es inútil.
“De no aceptar un cambio se trabaja con la familia. En un tratamiento son importantes el paciente y la familia. Tienen que tener convicción”, añadió.
Pero no se engaña. En una situación de escasa educación, oportunidades laborales limitadas y mayor difusión del consumo de drogas, la lucha es desigual. Por eso apuntó que en las reuniones informativas que tienen en los Centros de Integración ven con preocupación el aumento en las adicciones.
“Cada vez es mayor el número de pacientes con problemas de adicción graves. Se ha incrementando incluso el número de mujeres que acuden a tratamiento”, subrayó la psicóloga.Ante la falta de alternativas para rehabilitarse, sobre todo para los pacientes adictos de escasos recursos, muchos jóvenes se refugian en anexos, por presiones o por necesidad.
Rosa Cristina García Galegos señaló que de acuerdo con los testimonios de los jóvenes, hay algunos que señalan que el internamiento en un anexo les sirvió para recuperarse, pero otros, la mayoría, según dijo, salen de ahí más resentidos e incluso tras aprender más sobre las drogas.
“Mucho jóvenes que llegan a los anexos recaen por factores emocionales que no se trabajan en estos centros. Muchos pacientes son internados en los anexos en contra de su voluntad y salen más enojados, con frustración y su conducta es de desquite y el consumo es mayor”.
Platicó que muchos jovencitos se refieren también de las llamadas casas de “pánico”, donde se intoxican a cambio de vender drogas.
“Generalmente hay una de estas casas por colonia en León. Eso es muy común. Son lugares en los que con mucha frecuencia se reúnen los jóvenes a consumir droga y les dan permiso de quedarse, y se organizan”, añadió.
García Gallegos consideró que la única forma de regenerarse es que las personas estén convencidas en la necesidad de tener un cambio.
En caso contrario, es inútil.
“De no aceptar un cambio se trabaja con la familia. En un tratamiento son importantes el paciente y la familia. Tienen que tener convicción”, añadió.
Pero no se engaña. En una situación de escasa educación, oportunidades laborales limitadas y mayor difusión del consumo de drogas, la lucha es desigual. Por eso apuntó que en las reuniones informativas que tienen en los Centros de Integración ven con preocupación el aumento en las adicciones.
“Cada vez es mayor el número de pacientes con problemas de adicción graves. Se ha incrementando incluso el número de mujeres que acuden a tratamiento”, subrayó la psicóloga.