Antonio Muñoz y su familia ya están moviendo el bote para deleitar a sus clientes con una gran variedad de sabores en nieve de garrafa, justo en esta temporada de calor, cuando comienzan a elaborar el doble de producto.
El negocio familiar tiene sucursales en el templo Expiatorio y en otras cuatro colonias de la ciudad, como en Las Joyas, donde Antonio hijo lleva atendiendo por siete años a su clientela.
A diario reciben a sus clientes más fieles, hasta los que sólo van de paso. Al ser un negocio familiar, las nieves reciben un sabor especial, pues están hechas con amor y mucha tradición.
Antonio hijo aún recuerda cuando en Las Joyas, gran parte del camino era terracería y se generaba mucho polvo, lo cual le traía problemas con algunos clientes.
“A veces, la gente renegaba por la tierra, de todos modos yo tapaba todo muy bien”, comentó Antonio hijo.
En el negocio han pasado de todo tipo de situaciones, desde vender sabores intercambiados, hasta clientes que los regañan por ausentarse un día de venta.
Preparan hasta 35 botes
A diario y desde temprano, ponen a girar los botes por casi 45 minutos cada uno, obteniendo hasta 20 sabores, mismos que reparten a diferentes puntos de venta para variar y consentir a sus clientes.
Elaborar la nieve de bote es un trabajo que requiere de mucha fuerza en las manos, ya que preparan de 20 a 25 botes diarios y, en temporada de calor, hasta 35, y no se diga cuando tienen que surtir pedidos especiales para bodas o el Viernes de Dolores.