Corrupción, saqueos, violencia, impunidad, colusión entre Gobierno y crimen organizado, falta de controles federales, obstrucción de la justicia y opacidad formaron régimen de terror encabezado por el PRI en Veracruz, durante los últimos 12 años.
Según la organización internacional Crisis Group, en las Administraciones de Fidel Herrera y Javier Duarte, Veracruz encarnó la combinación de una transición democrática defectuosa y el creciente poder del crimen organizado.
Basada en testimonios e información de medios, la agrupación, que monitorea conflictos armados en el mundo, sostiene que la ausencia de mecanismos de control y contrapesos desde el Gobierno federal permitieron que “líderes políticos corruptos” capturaran las instituciones públicas de Veracruz para su uso y beneficio privado.
“Veracruz enfrenta devastadoras verdades de más de una década de violencia y corrupción a gran escala”, refiere.
El informe “Veracruz: reparar el estado de terror de México”, estima que al menos 2 mil 750 personas han desaparecido en esa entidad.
“En Veracruz, una alianza entre grupos criminales y los más altos niveles del poder político local allanó el camino para una campaña de violencia desenfrenada mediante la captura de las instituciones locales judiciales y de seguridad, garantizando impunidad ambas partes”, indica.
La organización sostiene que la Administración de Herrera fue clave para las organizaciones delictivas.
Los Zetas, indica, se convirtieron en una fuerza dominante para la venta de drogas, el robo de autos, secuestro, extorsión de migrantes, falsificación, robo de hidrocarburos, tráfico de personas y extorsiones.