El escándalo de espionaje ruso cerca otra vez a Trump
El ahora fiscal general se entrevistó dos veces con el embajador ruso en pleno cibercampaña del Kremlin contra Clinton. El Congreso abre una investigación
El fuego ruso se aviva en torno a Donald Trump.
Las investigaciones sobre las conexiones de miembros del equipo del presidente con el Kremlin avanzan más rápido que los cortafuegos lanzados por el magnate.
La última andanada llegó anoche cuando se supo que el actual fiscal general, Jeff Sessions, habló dos veces con el embajador ruso, Sergei Kislyak, en plena campaña electoral.
Una de estas conversaciones se celebró en septiembre en la misma oficina del entonces senador Sessions y coincidiendo con el momento más duro de la cibercampaña rusa contra los demócratas.
El golpe amenaza con ser devastador.
Una conversación con Kislyak le costó el puesto hace tres semanas al consejero de Seguridad Nacional Michael Flynn, hombre de la máxima confianza de Trump y muy próximo ideológicamente al estratega jefe, Steve Bannon.
La caída del general, que llegó a ocultar el contenido de su conversación al propio vicepresidente, abrió una crisis que se agudizó al descubrirse a los pocos días que otros miembros del equipo de campaña de Trump habían entrado en el sospechoso juego de contactos con agentes de inteligencia ruso.
Ahora, en el caso de Sessions se ha descubierto que tampoco hizo públicas esas reuniones con el embajador durante sus comparecencias para el puesto de fiscal general.