Jefes de Policía de EU, incluyendo varios de estados que votaron por Trump, se resisten a que la Casa Blanca los obligue a participar más en la deportación de inmigrantes indocumentados.
En una carta los 61 mandos apelaron a la Casa Blanca para suavizar su campaña agresiva para alistar a oficiales de Policía en la deportación de millones de inmigrantes que viven sin permiso en el país.
La carta dice que ellos se oponen a ser empujados a “tareas nuevas y a veces problemáticas” que socavarán el equilibrio entre las comunidades locales a las que sirven y el Gobierno Federal, y dañarán a la Policía local.
“La ley de inmigración es, ante todo, una responsabilidad federal. Creemos que podemos servir mejor a nuestras comunidades dejando la aplicación de las leyes de inmigración al Gobierno federal”, afirman.