Pese a ligeros avances para evitar la tortura en lugares de detención en Michoacán, aún no son erradicados todos los factores de riesgo reportados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Lo anterior se desprende de dos informes de seguimiento que emitió la CNDH en su calidad de Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, sobre 20 lugares de detención a cargo de la Procuraduría, el DIF y las secretarías de Seguridad Pública y Salud estatales.
También analizó 16 separos para sanciones administrativas ubicados en igual número de municipios, como Apatzingán, Pátzcuaro, Uruapan y Zitácuaro.
“De las 214 situaciones observadas de manera inicial que constituyen factores de riesgo en materia de tortura o maltrato, 68 ya no presentan situaciones de riesgo, 42 presentan avances encaminados a su atención y 104 aún persisten”, resumió.
En las áreas a cargo de la Procuraduría estatal, el mecanismo de prevención observó que el personal médico no está capacitado para realizar certificados de acuerdo con el Protocolo de Estambul, usado a nivel internacional para detectar casos de tortura.
Además, no se asigna una partida presupuestal para alimentación de los detenidos, y algunas celdas carecen de inodoro, lavabo e instalaciones hidráulicas.
En tanto, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) no separa a la población que está siendo procesada de aquella que ya fue sentenciada, suministra alimentos insuficientes y realiza la certificación de integridad física frente a los elementos de seguridad, lo que inhibe la denuncia de la posible víctima.
Sobre los lugares de internamiento dependientes de ayuntamientos, la CNDH advirtió falla en la higiene de celdas, falta de alimentos a procesados y carencia de reglamento interno.
Además, no hay medicamentos ni material de curación y el personal no ha sido capacitado en materia de prevención de la tortura y respeto a los derechos humanos.

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