La bola de nieve que echó a rodar Donald Trump el sábado por la mañana, acusando a su antecesor en la Casa Blanca de espionaje político, alcanzó en solo 24 horas el tamaño de un conflicto institucional de difícil solución.
The New York Times asegura que James Comey, director del FBI, pidió el sábado al Departamento de Justicia, del que depende, que desmintiera la afirmación del Presidente, en un enfrentamiento asombroso. A media tarde de ayer, no había reacción alguna por parte del departamento.
La información se basa en funcionarios anónimos que aseguran que Comey insiste desde el sábado en que la acusación de que Obama ordenó pinchar el teléfono de Trump durante la campaña es falsa y debe ser retirada. Además, la afirmación de Trump supone insinuar que el FBI actuó al margen de la ley.
Comey es el segundo alto cargo de inteligencia del Gobierno de EU en negar las acusaciones del presidente.
El sábado fue james Clapper, director de la cúpula de espionaje con Barack Obama, que negó rotundamente que bajo su conocimiento se hubieran pinchado teléfonos en la Trump Tower, como afirma el Ppresidente.
Un portavoz del expresidente Obama también negó de plano el sábado el hecho.
James Comey era el director del FBI también en ese momento. Trump decidió mantenerlo en su puesto cuando nombró su nuevo Gobierno.
El Partido Demócrata atribuye a Comey un papel capital en la sorpresiva victoria de Trump, cuando resucitó días antes de las elecciones la investigación sobre los correos privados de la candidata Hillary Clinton.
Finalmente, no había ningún material relevante. Los demócratas creen que fue un golpe definitivo que permitió el pequeño margen por el que ganó Trump.
Mientras, el Presidente no se retractó ni matizó en lo más mínimo su acusación del sábado. Más aún, pidió al Congreso de Estados Unidos que investigue estas afirmaciones.
Según los primeros análisis de la prensa de Washington, la información de Trump parece sacada de un artículo de Breitbart, la web extremista que dirigía su hoy estratega jefe, Steve Bannon, y que solo Trump considera una fuente fiable de noticias.
El Departamento de Justicia al que Comey le pide un desmentido ya se ha visto salpicado por el escándalo sobre las relaciones entre la campaña de Trump y el Gobierno ruso.
De momento, ni los líderes republicanos del Congreso se han pronunciado sobre la petición del Presidente, ni el Departamento de Justicia ha respondido a la petición de Comey, ni Comey ha dicho nada en público, ni la Casa Blanca ha presentado pruebas sobre la gravísima acusación del Presidente sobre abuso de poder y espionaje político.
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