En el año 2008 la necesidad de aprobar nuevas regulaciones para exportar obligó a la industria del calzado a que sus productos fueras sometidos no sólo a pruebas físicas, sino también a un análisis químico.
En ese año la Consumer Product Safety Commission (CPSP) emitió una regulación orientada al control de sustancias consideradas peligrosas para los niños.
Anteriormente las pruebas para el sector estaban enfocadas en aspectos físicos, no tanto para saber si contenían sustancias restringidas, explicó Juan Ricardo Ruíz Rivera, responsable de la certificación del Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas (CIATEC).
Inicialmente CIATEC en su laboratorio comenzó un análisis de plomo y ftalatos (utilizados para darle flexibilidad a los plásticos), pero los trabajos se concentraban  en controlar los límites permitidos para exportar. 
Con los años, surgieron otras sustancias que debían detectarse en los análisis para llegar al mercado de Europa y Estados Unidos. Con esta idea el CIATEC, buscó la acreditación de laboratorio reconocido en México y aprobado por la CPSP. 
Las primeras empresas con las que trabajaron con los nuevos análisis, elaboraban “botita” vaquera y zapato infantil de exportación. 

Análisis químico

Actualmente el universo de análisis químico se concentra en 900 sustancias, divididas en 10 grupos. 
Tan solo en calzado se pueden analizar hasta 300 sustancias, destacó Teresa Ortuño Arzaite, quien está a cargo del laboratorio de análisis químicos de CIATEC. 
El análisis de una pieza de calzado inicia con la destrucción del producto, mediante una digestión ácida.
El objetivo es que los metales pesados (elementos químicos que generalmente son tóxicos) queden libres, de esta forma pueden medir y cuantificar la cantidad que contienen. 
En un zapato se pueden revisar de 4 a 20 materiales. En este tipo de pruebas se invierten hasta 5 días de trabajo, en los que colaboran 22 personas.
Principalmente utilizan cuatro técnicas analíticas, entre ellas absorción atómica y fluorescencia.
Estas pruebas químicas se pueden aplicar no solo al sector cuero-calzado, también los sectores, automotriz y alimentos. 
“Todos los productos tienen elementos contaminantes, plomo, mercurio, arsénico, que se usan en el desarrollo de materiales”, expuso Ortuño Arzaite. 

Pruebas físicas 

Las pruebas físicas sirven para evaluar el desempeño de los materiales, suela, corte, para medir la resistencia, el desgaste y pegado, explicó Rodolfo Tinajero, titular de los laboratorios de pruebas físicas CIATEC.
El objetivo de las pruebas es analizar la flexibilidad, el color y la resistencia al fuego. Todas estas pruebas se enfocan en mejorar las características de los materiales. 
A través de 100 pruebas diferentes se pueden revisar la absorción de impacto, evaluar cuánta fuerza se requiere para flexionar el zapato y la resistencia a la abrasión de los materiales. 
Las pruebas de confort y biomecánicas, determinar cuánto se desgasta la suela por la fricción del paso. Para el desarrollo de esta prueba, al zapato se le aplican 30 mil flexiones a la suela, de manera acelerada y extrema. 
Para evaluar el corte se hace una prueba de intemperismo acelerado, en el laboratorio replican de forma extrema las condiciones de lluvia, viento, para determinar si los materiales conservan las características originales.

Competitividad 

Rodolfo Tinajero destacó que hay pruebas de CIATEC, que no se hacen en ningún otro laboratorio en México. 
Actualmente dan servicio a mil empresas entre ellas 200 de calzado. Fuera del país atienden a industrias en Guatemala, Perú, Colombia, Ecuador y Chile, una parte importante dedicadas al sector calzado. 
Además el Centro de Inovación no solo se enfoca al análisis químico sino al desarrollo de materiales y mejora de procesos.

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