El Estadio, los terrenos que lo rodean y la franquicia son de la comunidad, aseguró Roberto Zermeño Vargas durante la instalación del Fideicomiso del Club León, el 26 de septiembre de 2000.

“Regreso la franquicia, regresos sus colores y nombres que jamás se volverán a separar ni a desmembrar, regresamos el estadio, los terrenos para que sean propiedad de la comunidad”, dijo Zermeño  Vargas durante el acto, celebrado en la Presidencia Municipal.

El entonces Presidente del León firmó junto con el alcalde Jorge Carlos Obregón Serrano el acta constitutiva del fideicomiso, que según se anunció, se haría cargo de la administración del club a través de un comité técnico.

“El equipo se queda, el estadio y los terrenos son de los ciudadanos”, dijo el Presidente Municipal.

Obregón Serrano añadió que el Fideicomiso adquiría “de forma provisional” 55 de las 70 hectáreas de los terrenos aledaños al estadio.

“Falta una pequeña parte, poco más de 5 mil metros, pero Roberto Zermeño se compromete a que en un término máximo de 60 días, esto quedará totalmente finiquitado”, dijo Obregón.

Explicó también que el ex Presidente del club, Valente Aguirre, tenía escriturados a su favor unos 16 mil metros de los terrenos, de los cuales 10 mil 360 pasarán a ser propiedad de Zermeño Vargas y el resto se integraría al patrimonio municipal.

El documento firmado amparaba la entrega al Fideicomiso del estadio, 55 mil metros cuadrados y también la franquicia.

En la ceremonia estuvieron los integrantes del Comité Técnico, Roberto Plasencia Saldaña, Raúl Robles Alvarez, Enrique García González, Luis Gilberto Veláquez Ramírez, Hugo Villalobos González, Luis Mariano Hernández Aguado, Mario Plasencia Saldaña, Javier Robles Benítez, Antonio Carbajal Rodríguez, Harold Gabriel Appelt y Miguel García González.

También asistió Ricardo García, director regional del Banco del Bajío, la institución fiduciaria.

Once años después de que su padre ofreciera regresar a la comunidad estadio, terrenos y franquicia, Roberto Zermeño Reyes, junto con Héctor González González, demandaron para recuperar los bienes del fideicomiso, amparados en que Carlos Ahumada, al que vendieron después el club, no les había pagado.

Más que en la promesa realizada, parecieron inspirarse en otra de las frases que soltó Zermeño Vargas aquel martes 20 de septiembre, hace 17 años:

“El equipo León y su patrimonio son a partir de este momentos de todos y de nadie”.

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