La expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner tiene un auténtico calvario judicial por delante. Está implicada en varias causas por presunta corrupción, pero el proceso más avanzado no tiene que ver con supuesto enriquecimiento sino con el perjuicio al Estado en la llamada causa del “dólar futuro”.
El juez Claudio Bonadío, uno de los más duros con la expresidenta, decidió enviarla a juicio oral, con lo que Fernández de Kirchner se enfrentará por primera vez en su vida a un juicio como encausada sin fecha aún, pero con enorme relevancia política.
La causa del dólar futuro tiene su origen en una decisión de los últimos meses de mandato de la expresidenta, su ministro de Economía, Axel Kicillof, y su gobernador del Banco Central, Alejandro Vanoli.
En ese momento, el llamado dólar blue, cotización extraoficial que hubo en la última etapa de los Kirchner ante la limitación oficial de comprar y vender dólares, se disparaba, y había un ambiente de crisis grave que beneficiaba a Mauricio Macri.
El Gobierno de Fernández de Kirchner decidió frenar la escalada del dólar con un truco: vendió el llamado “dólar futuro” a 10.6 pesos a pagar seis meses después.
Entonces ya era muy evidente que habría devaluación con el cambio de Gobierno, por lo que muchos entraron a la operación, incluidos miembros del Gobierno de Macri, y cobraron el dólar a 15 pesos, seis meses después: 40% de ganancia.
El juez sostiene que el Gobierno de Kirchner, y ella como máxima responsable, perjudicó al Estado conscientemente y le hizo hasta 3 mil 500 millones de dólares.
La defensa de Kirchner asegura que no podían saber qué pasaría con el dólar y culpan a Macri por la devaluación.
La expresidenta no corre el riesgo de ir a la cárcel por esta causa: la pena máxima por “defraudación contra la administración pública” es de uno a seis años y, sin antecedentes, no hay prisión. Pero una condena sería un gran escándalo político.