A los 29 años, Adriana Cortés Jiménez, tomó la decisión de dedicar su vida a apoyar a la población más vulnerable, primero dedicándose a apoyar a madres solteras y personas con adicciones.
Ahora, a sus 63 años, es directora de la Fundación Comunitaria del Bajío, conformada por 6 personas de base y 11 integrantes de un consejo binacional, con participación de asociaciones en Estados Unidos.
“Es un privilegio que tu vida se desarrolle conforme lo has planeado, yo me fije una forma de vida, que era esta, y he podido seguirla”, confesó, dejando ver una amplia sonrisa.
La Fundación Comunitaria tiene 18 años de iniciar su trabajo, concentrándose en los guanajuatenses más vulnerables, primero en zona urbana y rural y, 3 años después de su conformación, dedicándose únicamente a las comunidades rurales.
Para Cortés Jiménez, es importante que existan más asociaciones civiles como la que encabeza, que se centren en atender a la zona rural, pues dice, el 90% de las organizaciones no salen a las comunidades, por lo que se ignoran muchas problemáticas que viven sus habitantes.
La Fundación Comunitaria trabaja bajo 6 ejes de trabajo, como son la salud, educación, desarrollo social, medio ambiente, desarrollo económico y patrimonio intangible, logrando atender a 19 comunidades en todo Guanajuato.
“Creo que lo más importante es que la comunidad está decidiendo qué es lo que necesita, es en lo que trabajamos nosotros, llegamos y vemos el tema de la organización en las comunidades, de la gente de la comunidad, porque al final la infraestructura no garantiza que mejore su calidad de vida, pero si el cambio y participación de la gente”, destacó Cortés Jiménez.