Claudio fue muy querido en el Parque Metropolitano por quienes acudían a él para reparar sus bicicletas.
Desde su nacimiento tuvo problemas para escuchar y comunicarse, pero nunca se rindió ante nada.
Mientras las autoridades dicen que no hay avances en la investigación de su muerte, su familia y vecinos lloran la fatal equivocación.
Todo ocurrió en Chapalita, colonia conocida por las peleas constantes entre pandillas, venta de drogas y basta delincuencia que, a decir de sus habitantes, es autorizada y dirigida por elementos de la Policía Municipal.
En el callejón San Juan Bosco vivía Claudio Marquez Cornejo con sus padres y hermanos.
Siempre tuvo el apoyo de su mamá porque tenía problemas para escuchar y por ende, no hablaba bien. Esta condición le permitió sólo estudiar la primaria, además de soportar burlas.
Pero eso nunca detuvo a Claudio y tuvo varios trabajos.
Su último trabajo fue en el Parque Metropolitano en donde reparaba bicicletas. Fue muy querido por su buen trato y amabilidad.
En sus tiempos libres acudía al gimnasio y participaba en torneos de ciclismo BMX en donde tuvo varios primeros lugares.
Pero el sábado 25 de marzo todo cambio para la familia Vázquez Cornejo.
Vecinos que decidieron permanecer en el anonimato, recordaron que hace unos meses, una familia llegó a vivir al callejón San Juan Bosco.
Se murmuraba que eran vendedores de drogas en la zona.
Lo que notaron extraño es que adquirieron vehículos parecidos en modelo y color a los de los vecinos.
Ese sábado la familia Vázquez Cornejo se reunió como cada fin de semana.
Se encontraban cenando cuando un vecino tocó a la puerta y le pidió al hermano de Claudio que por favor moviera su vehículo.
Eran un Mazda 3 blanco que a Claudio le gustaba mucho.
Cuando su hermano estaba a punto de salir a moverlo, Claudio le pidió hacerlo y así conseguir manejarlo un poco.
La familia escuchó cuando Claudio encendió el motor y a los pocos segundos se escucharon varios balazos.
“Ni arrancó en reversa con intención de escapar, retrocedió muy quedito. El muchacho (vecino) también traía un carro blanco, pero hace menos de un mes se cambió de domicilio, creo que el ataque era para él y no a Claudio”, contó un testigo del ataque.
La escena fue trágica para la familia de Claudio. Fueron eternos los momentos que esperaron a paramédicos de una ambulancia.
Sin embargo Claudio no pudo resistir y murió ante decenas de curiosos en el interior del auto que más le gustaba.
Hasta el día de hoy la Procuraduría de Justicia no ha informado avances de las investigaciones, aunque sí confirmó que Claudio no tenía antecedentes penales ni detenciones por ninguna falta.
Su familia y su gente cercana pide que se haga justicia y no manchen el nombre de Claudio que por desgracia estuvo en la hora y lugar equivocado la noche de ese sábado.