Los organismos presentes en el intestino de insectos podrían ser utilizados para la degradación de sustancias tóxicas o contaminantes, aplicándose estos conocimientos a la industria alimentaria, o farmacéutica, al igual que a la disminución de contaminantes.
Este es el proyecto en el que trabajan investigadores de la Universidad de Guanajuato (UG), quienes analizan la actividad biológica y bioquímica de estos organismos, un grupo encabezado por el doctor Gustavo Hernández Guzmán, de la División de Ciencias de la Vida (DICIVA) en el Campus Irapuato-Salamanca.
Hernández Guzmán es el responsable del proyecto financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) en el que ha identificado actividades bioquímicas presentes en la secreción de la crisopa, un insecto controlador de plagas.
El investigador indicó que la petición por parte de la UG fue el diseñar una estrategia para impactar en el área de combustibles, por lo que se enfocó en el aislamiento de bacterias que pudieran degradar la pared celular de microalgas.
Utilizando a la mantis religiosa como modelo de estudio, Hernández Guzmán obtuvo financiamiento del Programa del Mejoramiento del Profesorado (PROMEP) y en colaboración con Darío Salas Araiza, investigador de la UG experto en Entomología, encontraron que las bacterias intestinales en las hembras de la mantis son mayores y más diversa que en el macho.
El doctor de la UG, explicó que estos microorganismos ayudan a degradar compuestos tóxicos como los insecticidas o a fijar metales pesados.
“El proyecto es muy prometedor ya que se puede utilizar a la crisopa como un modelo para estudiar enzimas degradadoras de polisacáridos y de proteínas”, comentó.
La vigencia del proyecto estará vigente de octubre del 2016 a octubre del 2019, apoyado económicamente por CONACYT.